Juana se despertaba cada día al lado de quien creía su amor. Siempre de cara a ella, mientras ella, siempre, dormía de espaldas. Juana de sueño fácil y profundo se dormía cada noche acariciando la barriga de quien creía su amor. Ella quieta y sin enseñar su gesto, esperaba a que Juana se durmiera para retirar su mano y darse la vuelta. Juana nunca había sabido leer las señales de la vida, nunca le había gustado leer.
8 comentarios:
Supongo que por eso antes se decía ue era más feliz quien más ignorante era :)
Un texto que parece muy simple al principio pero que creo que tiene "mucha miga" en todo su contenido.
Me queda la duda de si Juana realmente no sabía leer esas señales o no prefería no "saber" interpretarlas...
;)
Muy buena la frase final, mucho. Te lleva más allá.
Y la otra había leído demasiado, ¿no?
L@s hay que prefieren vivir completamente engañad@s.
es cierto ..o no queria aprender a leer...
feliz verano
Son detalles mínimos, podría ser cualquier otra cosa... es tan triste que esos pequeños detalles si quieran decir exactamente lo que no se atreve a contar con palabras.
Muy bueno.
Saludines,
YoMisma
La realidad supera a la ficción pero la ficción suele ser más bonita que la realidad...
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