15/10/22

Cosas de la psicóloga

Me pregunta si soy una persona que ayudo a los demás.

Piénsalo esta semana y ya me dices la que viene.

Opina que debiera dedicar más tiempo a mi misma que a mi entorno. Que siempre estoy ayudando a tal persona, o a tal otra o estoy preocupada por los problemas de alguien y soy yo la que se para a pensar, buscando soluciones para poder aportarlas en abanico a la persona en cuestión, sin valorar si se lo merecen o no. Vamos, en definitiva, que de alguna manera se aprovechan de mí, piensan.

Me siento en mi sofá y pienso.

Realmente es cierto que me paso el día ayudando a los demás, siempre que puedo; que me gusta que confíen en mí y que me cuenten sus inquietudes (problemas, angustias y desesperos). Ellos saben que les voy a dedicar un tiempo y que a la que encuentre alguna salida, me comunicaré con ellos y expondré mi visión.

Pero también es cierto que no me abandono ni priorizo a los demás por encima de mí. No soy ninguna abnegada, ni ninguna santa que dedica su vida a los demás. Es más, esto, en otra época, no hubiera podido hacerlo. Era yo la que estaba perdida en mí misma; había dejado de ser yo y me había convertido en un ser insustancial, dolido y quejumbroso, que pocas ganas tenía de recomponerse de sus cenizas, bien, por falta aliento, bien, por no querer hacer el esfuerzo. Entonces sí, que, encerrada en mí misma, no existía nadie más.

Me levanto a prepararme un té. He encontrado uno me que encanta que se llama Kukicha y está hecho de ramitas y tallos de té. Mientras lo voy preparando y el hervidor empieza a hacer ruido, sigo pensando.

Decido que voy a buscar por internet a ver qué encuentro sobre el tema. Pienso que la psicóloga no me conoce demasiado y piensa que ese es el camino que debe seguir. A mí, el tema, con lo inquieta que soy, me ha abierto un mundo. Investigar y conocer son los aspectos de la vida que más me gustan. Y sí, cada vez más vivo aislada en mi vida contemplativa, analizadora y llena de hobbies que necesitan de mi soledad y de mi tiempo.  Me paso un buen rato picoteando de una página a otra; justo hasta que empiezo a no tener aportaciones nuevas sobre el tema.

De nuevo en la consulta de la psicóloga.

—¿Has hecho tu trabajo? ¿Has reflexionado?, ¿qué me dices? me ametralla.

Que siempre ayudo a otra gente, si se lo merecen o no, eso viene después. No todos se merecen el esfuerzo, supongo, pero el esfuerzo siempre merece la pena.

¡!

¿A que me quedó bien? Pues es una frase de Frieda Belinfante, si no sabéis quién es, dedicad unos minutos a Wikipedia. Yo tampoco la conocía.

6 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Yo creo que deberías ayudar a tu psicóloga.

No sabía quien era Fiedra Belinfante.
Hay gente que en una vida vive mil.

Besos.

artur dijo...

Ui !..no s'hi val dur "xuletes" a classe !! jajajajaj
Entre Wikipedia i Sant Google, trobem resposta per a casi tot....menys a les nostres preguntes interiors !.
Espero que no deixis a la psicòloga massa afectada, pobreta !!
Salut ;)

dintel dijo...

TORO SALVAJE, jajajaja, por un módico precio estoy dispuesta a ayudarla yo.
Sí, me encantaría ser de esas personas que en una vida vive mil.

dintel dijo...

artur, sempre he dut xuletes a tot arreu. La psicóloga, suposo que com bona psicóloga també va a teràpia.

Somnis Neverending dijo...

Ostres, és un tema super sucós. Si prioritzem als altres o a nosaltres mateixes...bé, jo també ho estic treballant perquè perdia molt fàcilment el focus i em deixava com l'últim mico pensant que ho aguantaria tot...i no.

dintel dijo...

Somnis Neverending, és curiós, de vegades pensem que som més fortes del que som i, de vegades, pensem tot el contrari.