16/10/22

El universo está a mi favor

Me está siendo difícil empezar a escribir hoy. No hago más que empezar la primera frase y borrarla antes de llegar a acabarla. Llevo ya más de cinco intentos.

Pienso.

No encuentro las palabras exactas para explicar lo que siento porque, cuando lo leo, está escrito más exaltado de lo que debiera. Esto que la lengua tiene la propiedad de ser precisa y a mí me gustaría un poco de asepsia en este texto.

Hace ya casi diez años si no los hace ya—, que tras una ruptura amorosa vinieron los colaterales: pérdida de amistades conjuntas y propias.

Fue lógico que las perdiera por todas partes, ya que mi comportamiento y no es justificación no fue correcto. Se juntó una inmadurez con el condicionamiento, en el que me encontré sometida, de la persona que era mi nuevo amor.

Ese nuevo amor, no era más que un disfraz de lo que ya se veía y yo no quería veruna relación tóxica.

Mi comportamiento cambió y se resintió todo mi alrededor.

Hasta aquí los antecedentes de esta historia.

Cuando logré romper la relación con ese “mi nuevo amor”, me quedé muy destrozada. Tanto por lo que había estado viviendo, como por la propia ruptura. Tras un tiempo de poca energía y pocas ganas de hacer, me propuse hablar con todas esas amistades que había perdido, explicar mi comportamiento y dejar que fueran ellas las que decidieran si reanudaban la relación conmigo o no.

Me pasé muchísimas noches pensando en este tema. Teatralicé en mi mente las conversaciones que debía llevar a cabo con cada una de ellas. Hice trabajo de humildad diciéndome que aceptaría cualquier decisión que tomaran (que continuaran con la amistad o no, que me perdonaran, que quisieran empezar de cero). Y un día, de sopetón, me lancé.

Fue una etapa dura, agotadora, porque tenía que tragarme esa sensación de vergüenza que tenía al tener que admitir mi mala conducta, mi equivocación y aceptar el fracaso de esa relación de amor que había antepuesto en mi vida a todo. Pero, poco a poco, con esfuerzo y demostrando que yo era la misma de siempre y que solo me había equivocado en las elecciones durante una época de mi vida, he ido recuperando a casi todo el mundo.

El universo está a mi favor.

Hubo una chica, que estaba tan cercana a mi otra ex, a la que no hice nada para recuperar; pensé que no querría saber nada de mí y nunca lo intenté. Es alguien que, de alguna manera, compartía intereses cercanos a los míos y las veces que nos vimos, era divertida y alegre, y me hacía reír, cosa que valoro mucho en las personas.

Pues ayer, se alinearon los astros o lo que fuera y por una serie de circunstancias quedamos. Primero de todo, me hizo una ilusión tremenda que quisiera quedar. Segundo, pude explicar mi comportamiento, que no justificarlo, porque yo no tuve un arma apuntándome para actuar como lo hice. Me entendió.

Una vez en casa, estuve pensando en cómo nuestros pensamientos nos llegan a complicar la vida. Toda esa serie de trabas que nos ponemos a nosotros mismos impiden que problemas, que no son problemas, se alarguen en el tiempo. O quizá, estos pensamientos sean equivocados y precisamente lo que fue es que ocurrió en el tiempo apropiado y dadas las condiciones adecuadas, como indica la ciencia.

6 comentarios:

artur dijo...

Vas fer un exercici molt difícil de fer, és un gest que t'honora !. No tothom és capaç de fer el mateix. Felicitats !!
:)

Somnis Neverending dijo...

Està guai la sensació de que aprenem de les hòsties que ens dona la vida...almenys que serveixin per algo...

dintel dijo...

artur, gràcies.

dintel dijo...

Somnis Neverending, doncs ja em toca aprendre, desprès de tants anys d'una manera menys... agressiva.

TORO SALVAJE dijo...

Nuestros pensamientos, muchas veces erróneos, nos limitan y nos esclavizan.

Palabra de Toro Salvaje.

(Te alabamos Señor!!!... se oye por todo el planeta...).

Je.

Nosu dijo...

"Nunca es tarde para ser lo que podríamos haber sido".

George Eliot