Sigo escribiendo por la parte final de la libreta. Me ha
parecido lo más correcto para poder hacer honor a este filósofo que, en algún
momento de mi vida, devoré con absoluta hambre de descubrimiento. Debo reconocer
que nunca llegué a entenderlo del todo. Pero siempre me ha atraído, supongo que
por lo oscuro de su figura. Así mismo, devoré El Extranjero, de Camus y me
sentí absolutamente identificada con el vacío y la monotonía del personaje.
¡Qué poco formada estaba entonces!
Lo que más me ha gustado del cómic es que el color de las
viñetas es narrativo, crea la atmósfera del texto. Es un libro oscuro, cosa que
se puede prever si se conoce al personaje. Un libro que me ha despertado
sensaciones de juventud muy dormidas. No sé si puede gustar a todo el mundo.
Aquí lo dejo.
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