10/1/14

Sin alma

Perdí mi alma en el fondo de un vaso de cerveza y esparcí mi vida sobre mesas de hierro forjado y cristal. Vivir, viví, os lo juro, con la misma intensidad que el humo de los cigarrillos penetra en los ropajes de quienes desaparecemos entre sus bruma. Pero vacié mi vida con palabras entre párrafos de euforia y silenciosos saltos de línea. He caído más de una vez, y de dos,  y de tres en la oscuridad ingrávida  del punto final, pero siempre he encontrado de nuevo el impulso en la copa vaciada de un trago y convertirlo en un punto y aparte.
Ahora, junto a vasos vacíos y botellas desllenadas permanece i libreta abierta siempre por la misma página. Me observa, traga tinta y me recrimina: “Pelo cano y arruga cierta entre el ceño fruncida mucho más de lo deseado, aliento etílico, corazón seco y no precisamente por haber no amado. Soledad profunda, perdido el deseo, entregaste el alma desde el primer beso”.
¡Maldita arpía! No recuerdo cuando mis labios se posaron por primera vez sobre el filo de un vaso de cerveza, ni recuerdo cuando fue la última que mis dedos acariciaron la pluma que un día llenaba libretas resbalando por las páginas. Lo único que recuerdo, porque lo tengo, es el sabor amargo en la boca, aunque nunca he sabido si por culpa de la cerveza o de haberla bebido en soledad.

1 comentario:

candela dijo...

La soledad, sólo es amarga cuando no es buscada.

Saludos!

PD: He cambiado la dirección de mi blog :) http://candelacuentahistorias.blogspot.com.es/