Siempre encuentro un resquicio de odio en el fondo de mi corazón. Y es que a pesar de que el tiempo lo diluye todo, el dolor se puede enquistar en nuestra alma convirtiéndose en una pequeña pústula que segrega encono. Y contra esto, poco podemos hacer, pues no hay peor médico que aquel que enquista sus recuerdos.
7 comentarios:
Es que ni con agua caliente, oiga...
Verdad como un templo. Anda que no he ido yo veces al doctor por esto. Y me he vuelto a casa igual que cuando salí de ella.
Besos.
una buena medicina es dormir... no ayudo mucho creo
No soy partidaria de enquistamientos y odios, prefiero siempre ceder..el ceder es puro egoismo aunque parezca lo contrario el ceder no supone aceptación sino dadiva, y el que dá siempre tiene mejor posición.
Exactamente.
Nunca he podido odiar.. quizá porque mi memoria es ligera y siempre olvido la razón.
Yo odio a gente, me da igual el tiempo que ha pasado desde que me hicieron daño, porque eso no cambia lo que hicieron y por ello se llevaran mi odio hasta que me muera, porque lo merecen...
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