7/9/11

El vacío

A veces me gustaría ser como  aquellos escritores, que tienen una vida terrible; fracaso como padres o madres, como maridos y esposas, como seres humanos, como amigos. Aquellos escritores que son dipsómanos, ególatras, que se creen en posesión de la verdad. Que no tienen dónde caerse muertos. Aquellos escritores que tienen una vida terrible e incontable, llena de muertes y abandonos, de dolor, soledad y miseria. A veces pienso que esa es la única manera de poder escribir. 

A veces pienso que es por eso que no encuentro el tema, que no sé de qué hablar, que no sé sobre qué escribir. Me desespero delante de la pantalla con la hoja en blanco, reflejo de la mente en ese momento y me gustaría correr hacia una copa de vino y otra y otra, por si así el tema lo conduce el alcohol por mis venas hasta el corazón y mi pensamiento es capaz de arrebatárselo y mis dedos capaces de transformarlo en palabras. A veces, muchas más de las que me gustarían, me siento vacía y esta oquedad no llena páginas.

Hubo una época en la que no me importaba nada de esto. Si estaba vacía no escribía y ahí acababa todo. Pero desde que tomé la determinación de que quería escribir, desde que planeé parte de mi vida para escribir, me desespera el vacío. Y no encontrar sobre lo que hacerlo me lleva a estados depresivos. ¿De dónde nace esta necesidad de escribir si no se tiene nada que contar?

19 comentarios:

MI HISTORIA... dijo...

Pues de dónde nace no tengo ni idea, pero sí sé que yo la tengo y también que suelo tener temporadas en blanco que por mucho que busque, no hay forma de encontrar algo que poner.
En esos momentos en blanco, parece como si necesitase vivir más intensamente para que me llegue ese hilo de inspiración.

Anónimo dijo...

Nace del mismo manantial que ahora baña tus noches placidas... (uis)

bekiddo dijo...

siempre hay algo que contar ¿acaso no es un reto contar desde la nada?

Juli Gan dijo...

Ostras, Dintel. Acabo de tragarme la película "Soeur sourire" basada libremente en la broma pesada que fue la vida de Jeanine Deckers (AKA sonr sonrisa) Y ahora me sales con el terror que lleva a la dipsomanía a los artistas. Ogh, Diossss. Necesito una dosis de pastelazo (canción ñoña o similar)

Irreverens dijo...

Gran pregunta, proclamo.
:)

Desvía tu atención mental de ese vacío; al poco volverá a estar lleno.
Recuerda: "A lo que te resistes, persiste. Lo que aceptas, se transforma."

ISA dijo...

¡Ja!. La cuestión del siglo. Yo de joven tb queria escribir hasta que me di cuenta de que no tenía nada que decir "de forma interesante", quiero decir que siempre puedes escribir sobre algo pero que llegue a ser interesante para los que lo leen.
Y me acuerdo que en mis tiempos últimos años de universidad me ofrecieron ser "crítica" de libros y no me fue nada mal, pero uno de mis profesores, catedrático él y amigo mío tb. me dijo: los que reseñan libros son escritores frustrados. Nunca he dejado de pensar en eso, ahora que quizás tenga la oportunidad de volver a ser escritora frustrada.
Aparte de esto, yo te sugeriría que leyeras muchas biografias (son mi pasión) y sí tienes razón: los buenos escritores que han trascendido los tiempos eran personas muy problemáticas (K. Mansfield) o con situaciones excepcionales (Nancy Mitford), vidas extraordinarias (Agatha Christie, tipos "rarillos" (D.H. Lawrence). Además casi todos/as con situaciones económicas buenas y con muy buena preparación intelectual. Otros, en mi opinión, como Virginia Wolff, que tb tuvo una vida rica en experiencias, pues como que no. Es mas interesante su biografia yo memorias que sus obras, siempre en mi opinión.
Todos los escritores "buenos" que han trascendido los siglos me atreverñia a afirmar que
que todas sus primeras obras fueron autobiográficas o basadas en hechos reales vividos de primera mano.
Pero lo que yo digo: no hace falta ser puta para escribir una novela de putas ¿no?, pero al empezar escribiendo de algo que conoces y has vivido te vas haciendo a la escritura y luego los temas vendrán solos, porque no tengo la menor duda de que escribir es un oficio como otro cualquiera y para hacerlo bien tienes que hacerlo mucho y equivocarte también.
Si tu has decidido escribir, adelante sin la menor duda¡¡¡ y cuando no tengas "inspiración" no dudes en escribir sobre ti misma o los demás, algo que conozcas bien. Supongo que no será fácil y te faltará la paciencia a veces, pero si es lo que te gusta, adelante y sin desanimarse más que lo necesario.

dintel dijo...

MI HISTORIA,desde que descubrí que mi juventud se fue volando y sin darme cuenta, intento vivir con intesidad cada instante. No veas lo difícil que es.

dintel dijo...

LaRepo, uisss, eso dígo yo.

dintel dijo...

bekiddo, un reto y un cansancio.

dintel dijo...

Juli Gan, investigaré sobre esa peli, la desconocía.

dintel dijo...

Irreverens, la frase final no la conocía, me la voy a aplicar, ¿antes o después de las comidas? Ejem.

dintel dijo...

ISA, lo de la paciencia sí que es un problema... otra preocupación. ;)

Nosu dijo...

será la única manera de escribir porque son tan inaguantables que están solos en la vida.

y eso no mola.

dintel dijo...

Nosu, me lo tomaré como un cumplido. Ejem.

Irreverens dijo...

Cuando quieras, cielo. Se trata de aplicártela rollo bálsamo para la piel para que vaya calando...
;)

leo dijo...

Esa sensación de "no tener nada que contar" puede no ser más que otro de los subterfugios del miedo, una resistencia más para vencer la pereza. Solo hay que sentarse y mover los dedos. Y permitirse escribir todas las tonterías que hagan falta.

Sandra Sánchez dijo...

Yo también opino que la mente está más lúcida a la escritura en momentos difíciles o desesperados...será que la felicidad o la tranquilidad tienen poco que decir?...no lo sé.
Pero estoy de acuerdo con eso de que cuanto más te preocupe más persistirá a tu lado...intenta dejarlo pasar como una nube...
Yo creo en todo lo que tienes que decir, seguro.
:)

illeR dijo...

Dintel recuerda...

Anca Balaj dijo...

A mí sólo se me ocurre ponerte como ejemplo "Instrucciones para subir una escalera" de Córtazar. Como historia... ejem... ya ves, pero ¡qué texto más delicioso! No es lo que cuentes, es cómo lo cuentes.