5/9/11
Volver, ¿es mejor volver?
¡Qué miedo cuando el pasado llama a tu puerta y tú no lo quieres ver! De alguna manera, el aire se vuelve más pesado, la sangre se densifica y en tu ser se aglutinan sensaciones que creías superadas. Llevas tanto tiempo trabajándote que aquello pasó y pasado está, que ver ante tu puerta, de nuevo, los brillantes trozos vertebrados de aquel amor o aquella amistad, crean confusión y regresión. La quietud se vuelve compleja de golpe, y el corazón y la razón vuelven a la carga. Te olvidas repentinamente de los días en que tu llanto hacía un receso al llegar la aurora. Y por más firme que sea tu decisión de que todo aquello acabó y acabó en su momento, se desata un terremoto interior que disuelve las necesidades, deshilacha los convencimientos y adelgaza las voluntades. No es de extrañar, entonces, que nos encontremos jugando sobre un tablero con los claro oscuros del presente enfrentándonos a nuestras sombras del pasado.
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12 comentarios:
Por eso soy de la opinión que "trabajarse" tanto no compensa...
En mi tierra se dice que para atrás, ni para agarrar impulso...
Suscribo lo de Pena Mexicana totalmente, al menos que tu escrito sea un ejercicio literario.
Ya pasa, y es normal que siempre pase, lo bueno es cuando ese terremoto de sentimientos indeseados va bajando de magnitud con el tiempo hasta que llega a ser un seísmo imperceptible de pocos minutos de duración.
Joe, estoy sembrá. Se nota que he sufrido algunos jaja.
LaRepo, yo creo que sí, vamos, no tengo ninguna duda.
Pena Mexicana, nunca se sabe si es para atrás, en estos casos.
ISA, exactamente un ejercicio.
Nosu, absolutamente sembrá. Ojalá lo estuviera yo siempre.
Por cierto, Nosu, ando desarmando rampas y crochets... Ejem.
Me refería al exceso... ;)
Ostras, hace muchos años escribí un poemilla que decía más o menos lo mismo.
:)
muy lindo relato... creo que nunca se vuelve, a menos que nunca se haya estado allí.
bss!
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