Y como cada noche, llegan mis fantasmas y me pregunto por
qué te quiero y me escondo en mi pijama, pañuelo de tantas lágrimas que
empalman alba con alba.
Y como cada noche, tatúo tu contorno en mi pupila y en las olas de tus
labios abandono el ojo a la deriva buscando consuelo y calma.
Y como cada noche, bebo a sorbos la palidez de tu ausencia, y
borracha de ti intento dibujar mentiras que me aten a tu presencia.
Y como cada noche, me vuelvo a enamorar de esas pequeñas
cosas, que escondidas en ti, nadie verá jamás, y que ni tan solo tú vas a poder
encontrar.
2 comentarios:
Lo malo es cuando pasa de noche y de día
Mi truco de día es llenarme las horas con interminables actividades que me gusten. Con paciencia y mucho tiempo empiezas a pensar menos en la persona perdida. Y aunque los días, pasan sin el brillo aquel, vives más tranquila. Pero las noches, que no me las quite nadie, me regodeo mucho en lo que pudo ser y no fue.
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