9/7/09

Todo lo que leo lo relaciono

“La riqueza de una palabra, su valor de sugerencia poética depende del lugar en donde se la coloca”.

Cuando leí esta frase, inmediatamente pensé en Borges y en su dominio de la palabra. Cada una que escribe es la precisa y contiene la información exacta y necesaria para lo que quiere explicar. Esa es una de las facetas qué más admiro de él. Antes de ponerme a escribir ya tengo claro que el proceso creativo será mucho más corto que el de corrección, precisamente por usar a Borges como maestro. Tengo claro que debo utilizar el menor número de palabras para explicar un hecho con precisión y eso requiere un gran dominio del lenguaje, cosa que como no tengo de natural, voy a tener que irlo elaborando en la etapa de corrección. Supongo que debo ir siempre con el chip de “hay una manera mejor de decirlo” y seguro que la encuentro. Al fin y al cabo, es lo que hacemos cuando explicamos algo o argumentamos. ¿Por qué será tan difícil en el momento de ponerse a escribir una novela? Tengo la intuición de que tiene que funcionar igual.

Cuando describa a un personaje, debo utilizar adjetivos que lo califiquen a la vez que lo hagan particular. Es decir, no sirven todos aquellos que generalizan. De nada sirve decir que Pedro tiene dos ojos, lo curioso a narrar sería decir que tiene tres o uno. Cuando se narra algún suceso que ha ocurrido, se eligen con cuidado los datos y el orden en los que se van a contar, para mantener la atención del interlocutor. Pues algo así debe tener que hacerse cuando se escribe una novela: deben contarse los hechos que la hacen diferente a las demás.

Quizá penséis que reflexiono demasiado. Estoy contenta de hacerlo; es una manera de tener las ideas claras para la escritura y es una manera genial de aprender, porque creo que cada duda que tengo es un aprendizaje nuevo. De mi reflexión de hoy deduzco, que cuando se escribe una novela no vale la pena narrar lo obvio, sino lo diferente. Así que sin perder tiempo voy a definir ya a mi protagonista, que por cierto, aún no tiene nombre.

15 comentarios:

Irreverens dijo...

¡Jo, qué emoción!
:)

¿Y tienes pensado establecerte un horario para escribir? Es algo que siempre me pregunto, sabes.

¿Podemos proponer nombres para la prota?

Ico dijo...

De acuerdo en todo, pero recuerda que Borges nunca quiso o pudo escribir una novela....

Sandra Sánchez dijo...

Qué interesante!!
:)

marga dijo...

qué lindo, me encantan estas lecciones aunque yo sea incapaz de escribir una novela

:)

Blau dijo...

Dintel, te imaginas que al final el verano ya tenemos novela...siiiii

Besos

Jeanne dijo...

Good luck...el mundo es de los que se mueven.

:-)

J.

AdR dijo...

Ojalá nos sigas hablando de tu proceso creativo, es una etapa que siempre me ha fascinado de todos los autores.

Yo soy un corrector empedernido sobre mí mismo, y todavía me tengo que depurar.

Bss.

JESUS y ENCARNA dijo...

Hola guapi!, que solo vengo a respirar un poquillo...
petonets
Encarna

without dijo...

En mis años e lectura, he leído narraciones de todo tipo, aunque a veces lo evidente, no siempre lo es tanto.

Besos

Sofía dijo...

Me quedan unas veinte páginas para acabar el libro que tengo entre manos y la autora todavía no ha dicho el nombre de la protagonista.

Sigo tus reflexiones y las voy analizando a mi manera... creo que me servirán para el día en que yo decida empezar a escribir también mi novela (si es que me decido a empezarla alguna vez). ;)

Tanais dijo...

Es curioso, al principio me parecia que estabas liando la madeja y ahora creo que voy a aprender un montón de cosas conociendo tu día a día con la novela.

maslama dijo...

aunque no tengo el talento de la escritura (como tú), también considero a Borges un Maestro.. cada palabra tiene su lugar preciso, y su significado exacto. Y todas confluyen para sumergirnos en un mundo muy grande y muy pequeño, la literatura más exquisita encerrada en un rincón oscuro de una biblioteca cualquiera.

besos,

mojadopapel dijo...

Adelante!!, a toda maquina,lo harás bien como solo tú sabes hacer.

helen dijo...

reflexionar es lo que nos hace llegar al fondo de las cosas: de nuestros sueños, nuestras esperanzas, nuestras desesperanzas... y es verdad que cada duda revela un aprendizaje cuando nos dejamos sorprender por el silencio reflexivo...
¡enhorabuena! no sé la novela (que seguro que también), pero el preámbulo está siendo fascinante...

Raquel dijo...

Reflexionar así me parece genial. Escribirlo sirve para deducir algo, tal y como dices. Sigue compartiendo, por fa.