10/8/09

Pobre George

Exactamente, no sé por qué me compré este libro. Lo vi en las mesas de novedades y su portada me llamó la atención. Cuando leí el breve texto de la contraportada que hablaba de “una existencia gris, al borde de la apatía, sumergido en un fondo de fatalismo cotidiano”, supe que me podía interesar. Y así ha sido.

Curiosamente, nunca tengo la sensación de que mi vida sea gris, ni apática, ni monótona ni que le afecte el fatalismo cotidiano del que se habla. Pero si me pongo a desgranarla, no va mucho más allá de ahí. A veces, pienso que soy yo, que por no desesperar, la quiero ver como algo especial, diferente, nada monótona, ni aburrida. Pero mi vida hace casi ya 20 años que no cambia, al menos en cuanto a cambios radicales, porque los microcambios siempre suceden, se quieran o no se quieran. Y en cuanto desgrano la vida, me entra la depre, porque veo quién soy, bien lejos de quién me gustaría ser.

El libro está bien, a mí me ha dado mucho qué pensar. En algunos aspectos me he sentido identificada y en otros me ha sorprendido la actuación o la no-actuación del protagonista.

16 comentarios:

Anca Balaj dijo...

si estaba en las novedades no existirá todavía en la biblioteca. Es que estoy en fase desprendida: salvo unos pocos libros que sé que voy a leer y consultar continuamente, leo sólo prestado de la biblioteca (o de los particulares). Los libros que ya tengo acumulados cada día corren peligro de ser regalados. Algunos ya lo han sido, pero busco la persona idónea para cada libro.

De todas formas, miraré de qué forma me hago con esta lectura. A mi también me suena interesante.

Candela dijo...

Ahora no tengo tiempo de leer casi ni los periódicos, pero una cosa: digo yo que si hacemos lo que nos apetece, aunque lo que nos apetezca sea monótono... está bien ¿no?

farala dijo...

y siempre se puede cambiar, como dice la joven eriza http://unlugarparalajoveneriza.blogspot.com/2009/07/cambiar-para-mejor-es-un-lujo.htmln , cambiar para mejor es un lujo, y un derecho que todas deberíamos ejercer.

Sandra Sánchez dijo...

Suena interesante, mucho más tus reflexiones que el libro en sí...daría para un buen tema de conversación...(qué pena no poder tenerlo).
;)

Jeanne dijo...

Hay que ver la manía que tenemos de pensar que los cambios radicales nos traerán la felicidad...¿pero de dónde nos hemos sacado eso?

Creo que los cambios radicales NO van unidos especialmente a cosas buenas, son sólo eso, giros de 90º, cambios de sentido en la misma dirección, a veces cambios que parecen enormes pero suponen 360º, o sea, nos dejan donde estábamos pero nos da la impresión de que todo ha cambiado mucho.

Asi que lo verdaderamente bueno está en los microcambios, son un termino medio y ahí suele estar la clave.

Smile please.

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En cuanto al libro tomo nota, me gustan este tipo de personajes tipo mi adorado Houellebecq.

J8-)

Ico dijo...

Pienso lo mismo que Jeanne. Ahora mismo no encuentro nada más sereno y apasible que mi monótona vida que probablemente muchos considerarían aburrida. Cualquier cambio en mi rutina, viaje o movimiento ahora mismo sería para mi un incordio

Tanais dijo...

A mí me encanta tanto mi vida, que aunque sea monótona no la cambio. Y a mi Despe menos, jejejeje

dintel dijo...

aminuscula, creo que yo debiera hacer lo mismo, pero es que suelo leer los libros más de una vez.

dintel dijo...

Candela Cano, sin lugar a dudas.

dintel dijo...

farala, ¿y qué es "para mejor"?

dintel dijo...

PULGACROFT, cuánto tiempo sin saber de ti... Bueno, a ver si un día tenemos todas las conversaciones juntas...

dintel dijo...

Jeanne, supongo que la radicalidad es algo inherente en mí.

dintel dijo...

Ico, a mí también me gusta mi monotonía, ya me encargo yo de que no lo sea tanto. Pero a veces...

dintel dijo...

Tanais, que ya sé yo que estás muy enamorada... Eso es genial.

Blau dijo...

Querida Dintel, y en verano no bajas a minimo tus lecturas y descansas un poquitin.

Besines.

dintel dijo...

Blau, al contrario, en verano aumento el ritmo de muchas cosas... Ejem.