13/3/10

¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!

Ayyyyyyyyyy! Ayyyyyyyyyyyy! Y otro, ayyyyyyyyyyyyy! ¡Qué noche la de ayer! No es que tuviera mono, que después de tanto tiempo hasta te olvidas de esas sensaciones. Tampoco es que me apeteciera, pues mi adaptación a la vida es tal que mis añoranzas no son más que meras terapias. No fue más que una decisión de: qué frío hace en casa, mejor me voy. Y ahí que fui, cansada a la par que derrotada por una estúpida semana más en mi vida llena de conflictos familiares (necesitaría una palabra, una sola palabra que contuviera el significado de “conflictos familiares”, digo, por economía de lenguaje) y de trabajo de arriba a bajo, como diría mi amiga Fuertes, Misdeisi, en este caso la presente, llamó a una amiga joven y jovial que la sacara a pasear por el ambiente. Esta a su vez, llamó a otra hidalga de cuya edad no quiero acordarme, pues no ha mucho que nacía, y juntas que no revueltas nos fuimos de ambiente.

Eso sí, antes Misdeisi y su amiga joven se fueron a cenar a un mexicano, una de mis debilidades. Nachos sonora y fríjoles de la olla, acompañados de una cerveza bien fría fueron engullidos entre charlas y risas. Como postre un suculento Margaritha servido casi en una pecera. De ahí, a juntarnos con la tercera en cuestión y derechas al ambiente.

Hacía dos años y pico, largos, que Misdeisi no pisaba un local de semejantes índoles, es decir, ese maravilloso antro en el que en otras ocasiones tan bien me lo había pasado y que, todo tengo que decirlo, tantos recuerdos y añoranzas me produjo nada más poner un pie en él.

Sólo traspasar la primera puerta apijamada, cosa que le confiere la clara adjetivación de nocturno, y permitir que su típico olor poseyera inclementemente mis fosas nasales, apareció por mi mente ese silencioso desfile que exclusivamente los recuerdos son capaces de hacer. El olor a ambientador luchando con la incrustada hediondez de la nicotina de demasiados años de existencia de ese lugar permite que cualquier persona que haya estado una sola vez en ese local, si la vuelven a llevar con los ojos cerrados sepa perfectamente dónde se halla.

El caso es que estuve riendo, bailando como un loca (como lo que eres, pensarán algunas) y hablando o luchando por hacerlo con el atronador altavoz. Bailé con dos chicas que no conocía de nada, ambas se disculparon a mitad de canción, así, como dándome a entender que no sabían bailar. El caso es que saqué mi mejor sonrisa de “pues, sí, aquí plantada en medio la pista pero no pasa nada, tengo otros hobbies”.

Una noche genial, la verdad. Eso sí, hoy… ayyyyyyyyyyyyy! Ayyyyyyyyyyyy! Ayyyyyyyyyyy, que una no puede hacerse mayor. Me he despertado de sopetón porque un monstruoso recuerdo me ha atravesado el pensamiento y antes de abrir los ojos ya estaba suplicando, “por favor, que no haya sido más que un sueño”. Ayer, cuando llegué a casa y me desvestí, intentando dejar la ropa en el lado opuesto de mi habitación, pues se hallaba impregnada del maravilloso perfume del que antes he hablado, me dirigí al cuarto de baño a lavarme los dientes y cuál fue mi sorpresa al abrir la boca para introducir el cepillo y entre los incisivos superiores y algunos inferiores, encontrar restos de frijolillos, los cuales, sin lugar a duda, me habían acompañado en todas mis entrañables sonrisas de aquella noche. En el momento del cepillado, gracias al dios Havana, me pareció hasta divertido, pero al despertarme, he despotricado con rabia. Una no puede hacerse mayor, tendré que hacerme una lista de todo lo que debo controlar y lo primero que apuntaré es: atención con la retirada de encía. No me extraña que me dejaran plantada en medio de la pista, si es que el asunto frijolillo asusta un montón. Por otro lado, si hubiera sido un haba, incluso podía llegar a pasar por un empaste… pero, ¿un frijolillo?, con su maravillosa piel de color marrón. En fin, prefiero no pensarlo.

Cuando he puesto un pie en el suelo, casi me muero de dolor. Los tobillos manifestaban su falta de costumbre al baile y por otro lado, uno de los gemelos llamaba la atención con una especie de pinchazo continuo. La boca seca a rabiar ha hecho que me amorrara a una botella de agua, hasta tal punto que luego no me podía mover por tener el estómago encharcado. Mi cabeza hacía notar todo su mecanismo como protesta de “bebiste, falta dormir”. Así mismo he tomado conciencia de omoplatos, cadera, ingle izquierda y alguna que otra costilla que se divertía entre agujetas.

¿Dónde ha quedado aquel salir de juerga en el que cuando volvías te metías entre pecho y espalda los restos de comida que hubieran quedado sobre el mármol de la cocina, ahora, un trocito chorizo, ahora, un corrusco de pan, ahora, paté sobre una tostada y después de dormir la noche te levantabas igual que Esther Williams saliendo de la piscina, no de mojada, pero sí de bien puesta? ¿Eh? ¿Dónde ha quedado eso?

Nota: Este post se ha empezado a escribir sobre las ocho y media de la mañana y ahora, a las diez y un minuto de la noche se ha acabado. Está escrito entre múltiples siestas sanadoras y descansos sofáticos. Y yo, como Nostradamus, o sea, premonizo que hasta el dos mil ciento y tantos no vuelvo a salir por el ambiente. Ah, y aviso, este texto va sin corrección, sólo faltaría ahora tener que volvérmelo a leer.


Volverá la oscura golondrina
del ambiente sus garras a probar...
(Conocidísima, doy fe)

23 comentarios:

María dijo...

¡Que te quiten lo bailáo!

marta dijo...

Se lee que la pasate rebien. Yo soy del bando de las sosas, no salgo casi nunca de noche, por ningún ambiente.

Candela dijo...

jajajajajajajajajajaaja dintel, lo has bordado.
Te lo pasaste bien, frijolillos por aquí, agujetas por allá y una resaca de narices. Como dice María ¡que te quiten lo bailao!

Anónimo dijo...

Aiss qué espejo!!!!

Raquel dijo...

Pero si es que... perdemos la costumbre, y claro. Creo que me pasaría lo mismo. Antes era una noche y otra, y recuperarse en un pis pas. Y ahora...bueno, Pero me alegro mucho muchísimo del disfrute.

Blau dijo...

Dintel, tranquila, eso le pasa a cualquiera. La próxima vez que tu amiga jovial te lleve al parque.

Besitos

farala dijo...

jajajajajaaaaaaaaaa yo fui s ver el duelo de titanes y protagonicé el momento cómico de la noche. Kali fue al buitreo de una banqueta (la unica del local) y cuenado me senté dos dijeron a la vez que ellas eran fans de un grupo de feisbuk; "señoras que suspiran al sentarse". Me querían dar un abanico para ver si me abanicaba las tetas tb!!

Ico dijo...

El viernes fui de boda de dos amigas, y ayer sábado estaba como tú, día perdido entre sofá y analgésico para el dolor de cabeza ...pero que me quiten lo bailao....

Hei Jei dijo...

dios!!! yo iba borracha o qué??? (ok, sí) pero no recuerdo que tuvieses frijolillos en los dientes :S

Tanais dijo...

jajajajajajaja alguna de tus amigas podía haberte avisado de lo de los frijolitos jajajajajaja

Tendrás que salir más Dintel! que no puede ser!!!

leo dijo...

:-))

Anónimo dijo...

jajajajajajaajajaja
Esto es reírse a tu costa, pero no de ti, sino contigo.

Oye, pero estaban buenos los frijoles? Falta una foto de esa sonrisa, seguro que no tiene desperdicio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Elena Casero dijo...

Bueeeeno. Eso de perder el apetito .. pero que te quiten lo bailao.

Sandra Sánchez dijo...

Pero tú crees que en esos antros de perdición (y de predicción)entre la escasa luz y los vapores etílicos alguien se pudo dar cuenta de la presencia del frijolillo...?
Y digo yo: ¿que te comentó esta mañana el frijolillo que debiera haberse pasado la noche acompañado de sus congéneres y lo tuviste agitao entre diente y diente? jajaja...

Por cierto me siento muy identificada con todas esas sensaciones possalidanocturna jajaa...

maslama dijo...

hahaha como ya se ha dicho varias veces, «que te quiten lo bailao»..

besos,

marbu dijo...

¡Ayyyy!! ¡Qué susto!!! pensé que te habías !pillado un dedo!!!, pero siendo por eso ¡¡Amén!!!
¡Disfruta que la vida es un soplo!!!
Un besote

mojadopapel dijo...

¡Que gracia tienes, joia! me he reido contigo un buen rato...jejejejeje.

Irreverens dijo...

¡jojojojojo!

Esto es tener buen humor, Dintel, y lo demás, tonterías.
:D

Tawaki dijo...

Incluso Nostradamus se equivocaba de vez en cuando. Yo predigo que volverás a caer, ja,ja.

Besos.

without dijo...

Pues nada un par de aspirinas y como nueva ;)

Besos

la cocina de frabisa dijo...

Con 15 años te pasas la noche de juerga y al día siguiente estás nueva.

Fíjate que en eso (y en alguna que otra cosilla) es en lo que noto el paso de los años, el tiempo de recuperación de excesos es más largo.

Pero... oye, que ha merecido la pena ¿no?

Anónimo dijo...

Estas juergas son las que te hacen romper con las rutinas semanales, pese a la resaca. Echo yo de menos esas salidas por ese ambiente.. Creo que tendré que poner remedio.. y pronto.

momo dijo...

Como me he divertido leyéndote ..
hacia tiempo que no lo hacia y ahora me entran ganas de más.
Un felisss puente.