22/8/25

Análisis de daños

Ahora que por fin estoy cogiendo el ritmo en la escritura, se me van a acabar las vacaciones y de nuevo, por trabajo, tendré que priorizar asuntos que me van a impedir sentarme tranquilamente delante del teclado.

Este verano, me ha costado mucho más sacarme de encima el cansancio acumulado, cosa que ha conducido a perder el tiempo (que no ha sido pérdida, pues he recobrado la energía que había invertido) tirada en un sofá o ¿era engullida por él? 

Tantos días he estado sin actividad, dormitando de un lado a otro del sofá, que mis músculos han empezado a perder su tonicidad y ahora me toca volver a ganar la fuerza (pues las ganas ya las he recobrado) para que mi funcionalidad no se vea mermada por esta nueva dinámica en la que he caído.

Ha sido un verano disparatado. No recuerdo haber tenido tantos proyectos y no haber cumplido ninguno por abuso de sofá. Gime agriamente mi interior: ¿cómo he permitido que pasara esto? No me vale pensar que he invertido el tiempo en descansar. No lo puedo aceptar. Vale que se descanse, pero no tanto. 

Quería dedicar el verano a la fotografía. A conocer el funcionamiento de mi cámara. No ha sido así. Hoy, le estoy cargando la batería. Tengo una semana para poder experimentar con ella, luego, al trabajar, el empuje del día a día ya irá dictando mi quehacer. O sea, permanecerá guardada esperando un momento que no voy a tener para poderla utilizar. 

Debía, también, según mis expectativas, poder dedicar un tercio de mi día a dibujar. Con la rotura del brazo derecho hace dos veranos y lo poco que he ido practicando he perdido calidad en mi línea de dibujo y me está costando que el trazado sea tan bueno como lo había llegado a ser. He dibujado, sí, pero solo ejercicios que me he puesto para poder volver al estado anterior. No he creado, ni dibujado, viñeta alguna. Ni tampoco he desarrollado ninguno de los proyectos que suelo desarrollar. Queda todo pendiente.

Tenía en mente corregir unos pequeños relatos que tengo desde hace años para ver si son susceptibles de auto publicármelos. Por supuesto, no lo he hecho. Aunque a mi favor diré que ya lo he comenzado.

También estoy creando unos monólogos para ver si se pueden realizar teatralmente. Ya veremos. Al principio estaba muy motivada y no dudaba de su calidad. Ahora, no sé si todos son más o menos iguales y podrían llegar a ser tediosos. 

Tengo más cosas a medias, que si hubiera empezado el segundo día de mis vacaciones, ahora muchas estarían a punto de acabarse y no me sentiría como si fuera de aquellas personas que todo lo tienen a medias sin concluir ninguna cosa. 

No, no soy de las personas que se cansan a mitad de proyecto. Al contrario, soy de las personas que acostumbran a concluirlos, estén bien o mal. El caso es que disfruto de todo el proceso. Pero es que, este verano, no he estado en ningún proceso, salvo el de fusionarme con el sofá. Eso es de lo que me duelo ahora. Si tuviera que adjetivar estas vacaciones diría que han sido vacuas. 

A ver qué hago con esta última semana que me queda. Por de pronto, me acabo de preparar más té.


No hay comentarios: