En viejas libretas me encuentro apuntes de temas que pretenden ser un recordatorio para aplicar en diferentes campos de mi vida.
El que he encontrado hoy, se refiere a la escritura. No recuerdo de dónde lo he sacado ni cuándo los apunté; la libreta en cuestión creo que tiene alrededor de diez años. Sí, ya sé que estoy vaga con respecto a la escritura, pero este verano quiero enmendarme y coger un buen ritmo.
En uno de los apartados pone:
-Escenas de acción: es donde se produce la acción
-Escenas reactivas: el protagonista piensa en lo que ha pasado.
-Describir con los cinco sentidos: “botellas de perfume ordenadas por su altura” (lo que nos permite empezar una definición del personaje) Es el lector quien descubre los datos.
En pocas palabras, “mostrar más que decir”, una máxima de la buena escritura que conozco a la perfección, pero no sé si aplico. Porque cuando empiezo a escribir dejo volar mis dedos a ritmo de pensamiento y nunca sé qué camino va a tomar este.
Cierto es que luego intento corregir y perfeccionar lo escrito; es la parte que menos me gusta. Pero como sé que debe hacerse, lo hago, a desgana, pero lo hago. Y cuando estoy en ello, no soy consciente si tengo en cuenta todas estas cosas que voy aprendiendo de esos manuales de escritura que no son recetas ni atajos.
Estos libros contienen ejercicios, que si debo ser sincera, me despiertan una gran pereza cuando los intento hacer, por lo que, en general, solo me leo la propuesta y me digo: “vale, esto lo sé hacer”.
Tengo otro apunte que dice: “nada de conversaciones triviales ni intrascendentes”. Se refiere al diálogo, por supuesto. Te recomienda ser inteligente y analítica. Evitar sobretodo que un personaje informe al otro para que el lector conozca dicha información. Eso es patatero, muy patatero.
De ahí el oficio del escritor. Se refieren a todo esto cuando en la crítica de alguna novela hablan y dicen: “el escritor conoce mucho su oficio”. Y yo sonrío. No es mi oficio, para nada, ¿pero yo lo conozco?
Me sincero: a mí me resulta excesivo tener que controlarlo todo. Tener que hacer diferentes correcciones según su sintaxis, según su estructura, según sus saltos cualitativos, según la coherencia de personaje, según, si, so, sobre, tras. Me resulta excesivo todo esto cuando lo único que quiero es escribir.
Me gustaría escribir bien, cercana al lector, tener facilidad para ello y conseguir textos que gusten, remuevan y conmuevan. Supongo que es lo que le gustaría a cualquier persona que escribiese. Creo que ya ha llegado un momento en que necesitaría oír las críticas de las personas que leen lo que escribo.
Lo peor, para mí, es tener una idea sobre la que quiero escribir. Por experiencia sé que cuanto más escribo, más fácil me resulta tener dichas ideas. Ahora debo subir la rampa de lanzamiento para volver a encontrar dicha facilidad.
En ello estoy.
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