12/9/08

Cosas a tener en cuenta

Acudí a un acto inaugurativo. Mi amiga insistió en devolverme un favor y dejó dos invitaciones a su nombre para mí. Me insistió en que estuviera sobre las siete para recogerlas ya que no sabía con exactitud qué iba a pasar. Y ahí estuve.

Busqué a una estupenda compañera para tal evento y nos personamos en el lugar. La cola para obtener las entradas podía definir con claridad el concepto “tendiendo a infinito”. Suspirando y sin comentario alguno entre nosotras nos pusimos en su final (absurdo concepto para algo en vías de ampliación). Sin paso de tiempo, detrás de nosotras se había formado una fila más larga que la que teníamos delante. Cabe decir que, estúpidamente, esto me animó. Me sabía mal por mi acompañante, le había invitado a un gran evento y ahí estaba, incómodamente de pie en una cola estática llena de bullicio.

Dos puestos por delante del nuestro se hallaba un circunspecto señor. Era mayor, y lo que llamó mi atención es que iba ataviado con unos juveniles piratas bolsilleros, sucios y manchados. No tardó en llegar su amigo, indescriptiblemente vestido, con camisa y pantalón de tela más cercana al invierno que a la época en la que nos encontramos. En breve, pudimos disfrutar del excelente aroma que hedía el bouquet sudoríparo del 68 (no creo haberme equivocado en el año, pues suelo viajar en metro y tengo ya aprobados todos los masters en catas) que nos ofrecía el individuo.

La puntualidad, en esta ocasión, no debía estar invitada porque la espera se alargó como veinte minutos más. Fue entonces cuando descubrimos el secreto de tanta acumulación de personas. Ya hacía rato que ambas éramos conscientes de que, gracias a esa ciencia exacta que es la estadística, bajábamos notablemente la media de edad (éramos el dato que volvía cóncava la gráfica), cosa que nos sorprendió en demasía. No se me impacienten: el motivo de esta gran afluencia era que daban un piscolabis. Sí, sí, lo que acaban de leer: refrigerio, tentempié, aperitivo, manduca, papeo… ¡Haber comenzado por ahí! ¡¡¡Animalicos!!!

Por fin abrieron las taquillas y poco a poco nos fuimos acercando. La organización era muy buena; todo se tiene que decir. Habían dispuesto unas mesas para dispensar las invitaciones: la prensa a la derecha (huy!!!, ha sido sin querer), los de la asociación a la izquierda, los del club al centro, y nosotras, hacia la decepción. No existían entradas a reservadas a nombre de la persona que me invitaba.

Removí cielo y tierra. ¿Está noséquién? Sí, a ver, que la busco. No la encuentro. Espera. Mira, si te esperas al final, te doy las entradas que sobran. ¿Al final? “Esta tía s’ha chalao.” Mire, señorita, no se preocupe, nos vamos. No tengo ningún interés personal por ver esta inauguración. Gracias por su atención. Espere, espere, mire aquí tiene dos entradas. Ah, muchas gracias, señorita. “Manda narices.”

Y al salir de taquillas, ¡oh, no!, una nueva colar para acceder al ágape: ¡quéledenpolculoalaspatatitasrancias! Por lo que acabamos tomando en una terracita cercana, una tapita de queso con unas patatitas asadas con pimientos (rojo y verde) y cebollita, con sendas coca-colas con servicio completo y los riñones bien apoyaditos en el respaldo de una silla.

Cuando acabamos nuestro tapeo, bañado por una animada conversación de los de la mesa de al lado sobre gays y lesbianas le propuse a mi acompañante ir a ver el fabuloso picnic. Le pareció buena idea y así hicimos. Nos personamos en el gran salón, donde la gente ya había empezado a irse y donde sólo se veían botellas de vino vacías, vasos y copas vacías y múltiples platos y bandejas de papel, vacías. Llegamos en el momento del helado, la gente se estaba comiendo un Magnum (publi gratuita). Conseguí dos para mi caprichosa acompañante y nos quedamos paradas en el centro del tumulto mientras se lo comía.

Delante de nosotras estaba un grupo de personas. Uno de los hombres del grupo tenía dos helados, uno que se estaba comiendo y otro que lo tenía, cerrado, en la otra mano. Nos miró y yo le devolví la mirada. No pareció interesarle nada. Iba mirando de un lado a otro y a veces me volvía a mirar a mí. Al cabo de unos minutos, apareció una chica rubia, bien vestida, con tipazo y le dijo, “¿quieres un helado”. “Ah , bueno”, le contestó la otra. “Es que he dicho que se lo daría a la primera chica guapa que pasara”. La chica se rió mientras yo pensaba: “será mamón, llevo dos horas delante de él y como debo ser un cardo, a su parecer, no me lo ha ofrecido. Y ya no sólo eso, mi acompañante es una chica guapa que llama la atención y tampoco, claro que ella ya comía uno y tenía otro en la otra mano”.

Conclusión: Ojo con lo que se dice porque siempre se dice mucho más que lo que dice la frase utilizada.

18 comentarios:

Blau dijo...

Dintel, que bueno!!! me ha gustado mucho. Y espero que ese tarado haya tenido indigestión heladil.

:o)

Besos

without dijo...

A veces pasa...

Besos risueños

JESUS y ENCARNA dijo...

Que cosas pasan en los actos inaugurativos, y en los conmemorativos, auditivos, representaciones mil, etc..
Saludos que inauguran mis respuestas.
Jesus

Ripley dijo...

Todo un evento, sí señora pero, oye,¿qué se inauguraba?

farala dijo...

eso, eso. Ojo con lo que se dice que lo del "excelente aroma" (¡¡no será FARALA!!!) que hedía el bouquet sudoríparo del 68 ((¡¡no será FARALA!!!) me ha llegado al alma... bss, sin acritud

KUKA dijo...

A ver si se le atraganta el helado, ¡será posible!, está claro que no se ha hecho la miel para la boca del asno, ya llegará otro mejor.

Anónimo dijo...

Desdeluego.... entretenido estubo el dia!

Spica dijo...

...ese señor...no tenía gusto...es que hay de todo en este mundo joe...

la+ dijo...

Jajajaja porqué nos fastidiará tanto ser las últimas en las filas ?? a mi me pasa , que me alivio cuando miro para atrás y veo cabecillas ...

Hija , lo de los piscolabis es pá nota ...tienen una capacidad de convocatoria ....

Besos !!

Anónimo dijo...

Digo yo que después de la tarde animada que paso tu acompañante tendría derecho a un capricho, no? En cuanto al caballerete... se quedó sin helado, se quedó sin chica y contigo reflexionando sobre lo idiotas que pueden llegar a ser las personas en determinadas circunstancias.

isobel dijo...

anda que.. buena soy yo con eso de las frases, que digo hasta lo que no pienso. Besitos

Miguelo dijo...

`pues yo cuando abro la voca... sube el pan jajaja

Raquel dijo...

Pués sí que sí, nunca dicho con más razón.
Un abrazo, guapa!

Merypipis dijo...

jajajaja

Desde luego q si...cuidadito con ciertas frases....

^^

AmetS dijo...

Yo creo que mejor me callo porque soy experta en hablar demasiado :S

AmetS dijo...

X cierto cual era tal evento? redios!m he queado con la mosca ahi...run run!
Al menos mereceria la pena no?

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Porque el contexto es la leche!!.
A veces, incluso se dice menos de lo que se quiere.

illeR dijo...

Que mala técnica para ligar....oye, me has dejado con la intriga de saber de que era la inauguración!!!