Llevo un par de horas durmiendo, solita, mientras mi cariño arregla cosas de casa: limpia el WC, pone una lavadora y plancha. La oigo trajinar, desde aquí , estirada en la cama de matrimonio, ahora, toda para mí, tranquila y sosegada. Una pierna en una esquina y la otra en la opuesta, los brazos esparcidos, casi formo un aspa; si contamos la cabeza, incluso una Rosa de los vientos. Y ruiditos de peines, de botes de colonia, de cepillitos sobre los estantes del lavabo van siendo la nana que me adormece. De vez en cuando pasa una moto por la calle, un par de coches o también los tres ingleses esos del skate que suelen bajarla a toda velocidad los domingos, porque hay poca circulación.
De repente, noto que no estoy sola en la cama. Tomo consciencia de que hay alguien que me abraza alrededor de la barriga, pues noto la incómoda sensación de no estar estirada bien sobre el colchón. Con algo de sorpresa y miedo, pues sigo oyendo a mi cariñín como limpia, acerco mi mano derecha hacia abajo, despacio, para que no se de cuenta de que soy consciente de su existencia, y cuando ya estoy cerca, agarro con todas mis fuerzas ese cuerpo extraño que me rodea. Totalmente despejada del duermevela en el que me hallaba, nada más el primer contacto identifico a las intrusas: mis hermosas lorzas que se hallan en edad de crecimiento. Cada vez que duermo me olvido de ellas y luego, ofendidas estas, se pasan el día recordándome su existencia. En realidad no son dos, sino una que tiene un extenso pliegue en el ombligo a modo de alargada boca, que siempre me encuentro sonriéndo jocosamente cuando me miro desnuda al espejo.
Últimamente se ha vuelto muy juguetona, pues quiere sobresalir por encima del pantalón y por debajo de la camiseta, para ver mundo, dice ella. Mis camisetas que siempre honran a Fofó, ahora, se ven convertidas en ridículos tops. El otro día, me encontré con una vieja amiga que me preguntó: “¿Ya no llevas esas divertidas camisetas que te pintabas con dibujos tuyos? Ahora vas con estos tops sin dibujo alguno”. Mi amiga, hizo mutis por el foro cuando con mi derecha, pues soy diestra, desincrusté del hueco que queda entre la lorza superior y ese par de tetas, que no pechos (pues esta palabra sólo se puede aplicar a partir de tres tallas menos), desincrusté, como iba diciendo, un gran trozo de camiseta que era el que contenía el dibujo.
Fue ese mismo día, en el que me enteré que lorza y tetas habían entrado en una brava competición por ver quién sobresalía más, competición que no piensan dejar por ahora, por lo que me veo obligada a participar sin quererlo. ¿Adivinan quién va en último lugar?
18 comentarios:
Ja, ja, ja...
ay ay ay
qué en asturias recuperé tooodo lo que había perdido así que ahora...
¡mas lorza que nunca!
Tu sufrirás lo que quieras, no lo pongo en duda, pero tus TETAS son lo más!!! No te atrevas a desprestigiarlas ni a considerarlas un estorbo.
Reivindico el derecho detus tetas a ser exhibidas y valoradas como se merecen!!
Vale, se que no lo conseguiré, pero había que intentarlo.
Siempre tuya...Ally Mc Beal jajaja.
Dintel, tu cariñin es mi idola...jajaja
Besos
En último lugar... ¿las tetas? Creo que tienes que intervenir hasta que las tetas recuperen primer puesto.
¡¡ah... y qué me dices de la belleza rubeniana¡¡¡ Menos mal que el encanto no está en las lorzas..
me ha encantado eso de honrar a fofó jajajajaa
Ayyys, me parece a mí que hay una por aquí que está encantada con tus pechos, digo..contigo jejejejeje
Según leía, miré mi lorza personal e intransferible y le dije seriamente "chica, a partir de ahora debes independizarte y hacer tu vida, que estas muy grandecita y aquí ya no hay sitio para tí"
Vamos que me esperan ensaladitas y verduritas toda la semana XD
Pero un poco más de tetas...no me importaría tener.
Muxuxxxxxxxx
jajajajajajaja
qué grande (todo)!! jajajaja
Y a todo esto....¿la mosca qué dice?
Caballo grande, ande o no ande.
Yo siempre he preferido tener que agarrar.
muaaa
No me digas que vas la última que me dá algo.
Hasta el infinito y más allá
Joé, Dintel, ¡cómo te flagelas!
Eso sí, lo haces con una gracia que no tiene precio.
:D
Y a mí me dejas con una sonrisa de oreja a oreja.
Petons
Jajajjaj Jocosamente o no... al menos, algo te soríe cando te miras al espejo... AL final se les coge cariño y to!!!
Jajajaja, las mujeres somo como los árboles. se puede saber nuestra edad por el número de aros que tenemos en el tronco.
:D
Cuando te pones así... resultas de lo más graciosa.
Mira una cosa que te digo, Dintel, avalada por la experiencia, que es la madre de toda ciencia: o te impones y las mantienes a raya, o van a conseguir hacerte la vida imposible. Porque después de esa brava competición, van y se hacen amiguinas (por aquello de que el roce hace el cariño) y, ya date por perdida.
Ná, ná, dintel estamos todas estupendas!! gane quien gane!!
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