11/10/09

A veces oigo una vocecilla

El Niñodelscollons corre arriba y abajo del autobús. Su madre está sentada en la parte de atrás hablando por el móvil, hay poca gente sentada y un par de personas de pie. El Niñodelscollons está jugando con un coche, va haciendo el ruido del motor y se le cae al suelo cada dos por tres. La madre lo mira pero no lo ve, tiene su atención centrada en la conversación telefónica. El Niñodelscollons empuja y golpea a los viajeros para recuperar su coche. Los viajeros, educados, se revuelven con disimulo en sus asientos como para no estorbar al niño.

El Niñodelscollons pasa corriendo por mi lado hacia el conductor. Tiene la necesidad de patear el suelo pues debe pensar, animalico, que así corre más. De vuelta viene corriendo otra vez y se encuentra con mi furibunda mirada que le frena. Craso error el mío, pues en sus ojos descubro que se le ocurre un nuevo juego: chincharme. Corre más, con más ruido, chocando con mi brazo izquierdo que es el que da al pasillo. Ahora ha descubierto que le divierte más dejar el cochecito (delscollons, también) en el suelo y patearlo hasta que llega al conductor. Miro a su madre, sigue hablando por el móvil y a la vez que mira que a su hijo no le pase nada malo.

Por suerte, me bajo en esta parada que viene. Ya me he puesto de pie y he apretado el botón de aviso. El niño me mira y vuelve chutando el coche con más descaro. Me dirijo hacia la puerta y el Niñodelscollons me tira el coche a los pies. La puerta se abre y, en mi oreja derecha, la Mosca Estremecida me grita “ahora”. Y como si de un plan previsto y estudiado se tratara, doy el paso para bajar el primer escalón más corto de lo que debiera y, con todos los Newtons y kilopondios que mi masa y la gravedad de la tierra me permiten, coloco todo mi peso y mi malababa en el pie que, “casualmente y sin querer”, cae sobre el cochecito.

Se oye el crujido de rotura y sin pararme a comprobar nada, bajo del autobús. Acto seguido oigo como la puerta al cerrarse me impide oír los gritos y el llanto del Niñodelscollons, al ver el espachurre de sus actos.

La Mosca Estremecida me dice mientras con su patita me coge del cuello en plan camaradas: en estos casos, un hecho vale más que mil palabras.

11 comentarios:

Ico dijo...

ja.ja. qué mala eres¡¡¡aunque hay veces que nos exasperan tanto que ésa es la mejor enseñanza.. aunque la culpable en este caso fuera esa madre pasota...

Blau dijo...

Dintel, yo le hubiera espachurrado ese carro hace muuucho más :oP

besitos

María dijo...

Ja, ja, ja... yo nunca lo podría hacer, pero me quedaría con las ganas. ¡Maaaala!

MI HISTORIA... dijo...

Me molestan más los adultos que te empujan sin ninguna educación o te tosen y estornudan el cogote porque al parecer sus manos desaparecen en esos breves instantes en que las gotitas de saliva se esparcen por el aire.
Muxuxxxxx

Candela dijo...

El Niñodelscollons no sabe todavía lo que está bien o mal. La madredelscollons es de las que -de haberle pedido intervenir- te habría contestado airada eso de que "a todos los delincuentes y asesinos les regañaban de pequeños".

kali dijo...

jajajajaja pensaba que únicamente ibas a darle un patada al coche y sacarlo del autobús, sin darle tiempo a recuperarlo. qué jevy eres!!

La Maga dijo...

Triturar el coche de la díscola criatura más que justicia es un acto de ajusticiamiento. Tienes valederas razones para que el presunto crimen no sea punible.

((Un beso))

Irreverens dijo...

Yo también pensaría algo así... ¿pero me atreviría?
:D

Te noto enfurecida con el mundo. Y curiosamente yo ando igual estos días.
¿será este excesivo calor en pleno mes de octubre, que nos afecta?

A.Blume dijo...

Jajajja elniñoelscollons se lo tenía bien merecido! por pesao!! seguramente que la próxima vez no se lo piensa dos veces... hay que enseñarles que de los errores se aprenden XDDD

Raquel dijo...

Yo tampoco sé si me atrevería. Eres cierta y certera tú.

maslama dijo...

me ha dado un poco de pena, por el crío..

besos,