Qué cruel el destino que me suspende sobre el abismo de tener que escribirme un panegírico, siendo como soy feroz verduga de mis buenos actos, voraz caníbal de mi fibra sensible y desalmada juez de mis cualidades.
Podríaseme pedir cualquier cosa si viniera con rúbrica del hado y cual sumisa parte de un todo, sin lugar a dudas, no titubearía en complacer. Pero ni el destino ni nadie se atrevan a ordenarme que me dirija ningún halago ni palabra bella, pues mi ser hace tiempo que desterró lisonjas y piropos sobre mí.
5 comentarios:
Por eso sigue fuerte tu huella, tu pluma y todo tu hacer. (Bueno, por eso entre otras razones. Digo yo).
qué bien logrado lo antiguo!!
Y que además "pa" eso ya están las abuelas.
(Espero que tu novela no sea en estos términos...jeje yo me entiendo...)
;)
Te felicito, que suerte la tuya.
Lo cierto es que merece todas las felicitaciones...
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