Y a mí qué poco me gusta. Con lo bien que estoy con todo igual. Lo que no me gusta ya lo cambiaré yo. No necesito que de fuera me lo cambien o que sencillamente, el tiempo se ocupe de ello. Me molesta pasear por el barrio y ver que las tiendas cambian de dueño, ver cómo cierran, cómo desaparecen. Me molesta que la gente se vaya a vivir a otra casa, a mí ya me estaba bien que vivieran donde estaban.
Cualquier cambio me supone un poco de angustia, sobre todo hasta que me acostumbro a la novedad, que todo hay que decirlo, es bien rápido. Porque, por otro lado, me encantan los cambios. Me gusta ver cómo, en general, todo va a más. Como evoluciona con el paso del tiempo, una tienda, una persona, una amistad, un loquesea. Disfruto recordando el pasado (que no viviendo en él) y pensando en qué se ha convertido loquefue.
Y con esta terrible paradoja en mi interior, sigo viviendo, feliz, o no tanto, evolucionando mientras intento no cambiar y recordando cómo era.
5 comentarios:
Esque hay cambios y c a m b i o s
Miedo a los cambios, miedo a los desconocidos.
Oye Dintel, ya sabes lo que te digo siempre, "deja de vivir en el pasado"!.
A mí lo que me pone de los nervios es llegar al supermercado y que todo esté en un lugar distinto.
Parece que estamos pasando por la misma temporada, por mas que leo no hago mas que entristecer y como solía ser habitual... empatizar contigo. Aunque mi diferencia es que yo seguía sonriendo (tu te encabronabas por lo que fuera pero acababas sonriendo)
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