30/8/11

Nuevos apuntes

Penetrar en la mente de los personajes creo que es algo que no debe resultar demasiado difícil ya que es el propio escritor el que crea, modula y define esta mente puesto que dicho personaje es producto suyo. La dificultad radica en seleccionar, parar ser narradas, las acciones de este de manera que esta mente (alma, dirían algunos) pudiera llegar al lector sin necesidad de explicar nada sobre ella.  Las mentes necesitan de la acción para ser comprendidas. Nada más. Ni una palabra. Si el escritor se ve en la necesidad de explicar directamente los porqués de la actuación de su personaje, ocurriría como cuando nos cuentan un chiste y no lo  entendemos, la explicación de después elimina la posible gracia que el chiste pudiera tener.

Sobre la originalidad. No sé si pensé que el tema de mi novela, el tratamiento de esta, la elección del narrador y el punto de vista, la elección del tono y el tiempo iba a ser original o no. Ahora ya sé que no lo es pues el otro día me hablaron de la inminente publicación de una “historia” parecida a la que pretendo narrar. Lo que siempre he sabido es que no pretendo la originalidad. No tengo ganas de encorsetarme dentro de esa etiqueta porque en otros campos he descubierto que es uno de los bloqueantes más difíciles contra los que luchar. Ello me conduce directamente a tener un objetivo: la sinceridad. Recuerdo cuando empecé a estudiar narratología que me dijeron: un escritor debe ser sincero consigo mismo. Por aquel entonces entendí las palabras que componían la frase, pero no su significado. Ha sido a base de ir escribiendo que  he comprendido lo que me quisieron decir. Mi visión, mi visión personal es lo que debo transmitir y si pienso bien, en ello radicará la originalidad de la escritura.

Empezar a escribir necesita tiempo para que la idea germine en el interior, al principio bien alejada de las palabras. Las prisas son malas para poder crear las mínimas condiciones ambientales de gestación. Una gestación que debe verse afectada directamente por los conocimientos del escritor y su experiencia. Y por lo que he experimentado, es absolutamente necesario mover esa idea, sacudirla, girarla, vibrarla, hasta el límite para conseguir el cóctel que conducirá a pasar la idea a palabras.

Escribir es un proceso largo y duro. Largo porque no se obtienen resultados inmediatos y duro porque requiere una constancia, tesón y hasta cierto punto, esclavitud. A veces pienso, que un escritor no debe ser demasiado diferente a un drogadicto, enganchado siempre a las palabras, necesitando de ellas para vivir, mientras que cada línea escrita es como un arañazo en el corazón. Después de escribir seguido, durante muchos días, me siento vacía. La escritura me vacía pero me crea la necesidad imperiosa de seguir escribiendo. Una necesidad que se convierte en dolor y angustia, que no puedo calmar debido a que estoy vacía. Y busco por mi interior, rincones y pliegues donde pueda haber quedado algo para ser contado y descubro asustada que no hay nada. Dolor. Dolor que solo curará el tiempo, el encargado de volver a llenarme para poder vaciarme de nuevo.

Eso sí, no existen atajos en la escritura. Si quieres obtener un buen producto no queda otra que pasar por todas las fases. De lo que deduzco directamente que mejor, mucho mejor, como casi todo en la vida, disfrutar del proceso que del resultado. El resultado resulta minúsculo al lado de lo gigantesco del proceso, ¿vamos a hacerlo al revés? Descubrí que no debía ser tonta y tenía que disfrutar del todo el proceso, desde la ida, hasta el punto final. Así lo estoy haciendo, no me dejo perder esta conciencia. Pero he de admitir que a pesar de esto, también supone dolor y padecimiento, inquietud y alguna que otra neurosis en momentos de crisis.

No sé si es bueno reflexionar tanto, pero tengo claro que es parte de mi proceso y disfruto con ello. Por ahora, es la parte en la que estoy inmersa. Cada trozo escrito de mi novela me supone un montón de días de planteamientos y análisis sobre mi escritura, varios libros leídos sobre la forma de escribir de escritores consagrados y diversos ensayos sobre la teoría de la escritura. Sin lugar a duda, mi proceso es largo. Tanto que desespero a las pocas personas que tienen la fe puesta en mí y que al principio, tenía terror a defraudar. Ahora, he aprendido a vivir con este terror y me he concedido todo el tiempo del mundo para no defraudarlas.

El otro día tuve una conversación con mi profesora de novela, le comentaba mi dificultad para escribir relatos cortos y mi dificultad para escribir novelas. Su opinión fue que cualquier persona debía empezar escribiendo relato antes de pasarse a la novela. Esto junto a la lectura de unos ensayos de Edith Warton en los que afirma que es mejor dedicarse a un cultivo modesto de manera concienzuda y minuciosa, que dedicarse a uno más ambicioso sin profundizar, y también, junto al recuerdo de un antiguo alumno que quiso aprender a escribir poesía y se dedicó a escribir una cada día, como ejercicio, me han llevado a tomar la determinación de intentar escribir más relatos, así, como ejercicios, para desarrollar al máximo mis capacidades, si es que existen.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Existen... pero es posible que estés hecha para escribir ensayo... Por ejemplo ¿?

Pena Mexicana dijo...

Conozco algunas personas que quieren escribir aunque sea una novela en su vida. Me intriga tanto de dónde surge esa determinación... a mi me parece algo tan difícil como subir al Everest. Tal vez te suene a tontería pero, ¿realmente quieres escribir una novela?

Irreverens dijo...

Olé tus narices, Dintel.

A mí siempre me han dicho que debería escribir "algo" porque en alguna ocasión he dejado leer chorraditas que tengo por ahí a amigos y familiares, y les han gustado. Pero, sinceramente, no sabría por dónde empezar. Y lo que es peor: ¡no sabría sobre qué escribir!

Si tienes la idea y la determinación, adelante con todo. De todos modos no creo que te sea positivo pensar en términos de defraudar a nadie...

¡ánimo!

dintel dijo...

LaRepo, uf, para escribir ensayo se deben tener conocimientos, cosa de lo que carezco.

dintel dijo...

Pena Mexicana, sí, sí quiero (fíjate que hasta suena matrimonial). Lo que ocurre es que me cuesta mucho llevarla a cabo por motivos de limitaciones. Pero por aquí ya andan unos tres capítulos, que ya sé que hasta que no se llega al final no quieren decir nada.

dintel dijo...

Irreverens, primero de todo comunicarte mi alegría de tu retorno. Segundo, lo de la decepción esa fe puesta en mí que veo que existe. Ojo, que no me mortifica, pero ahí está y lo tomo como una motivación... creo ;)

iTxaro dijo...

lo dicho disfruta del proceso del camino

besazos

leo dijo...

Me he sentido muy identificada con mucho de lo que has expresado en esta entrada, Dintel. Si has algo has transmitido es honestidad, esa sinceridad de la que hablabas. No puedo estar más de acuerdo con eso. Y añadiré algo: si somos honestos y escribimos desde quienes somos, sin trampa ni cartón, no defraudaremos a nadie. Ni siquiera a nosotros mismos al constatar nuestras limitaciones.
Gracias por compartir estas palabras: ¡Qué gusto compartir el proceso! Un abrazo.

Anónimo dijo...

Permítame que lo dude...:o)

Mármara dijo...

Tú lo has dicho: disfruta del proceso, que el resultado es harina de otro costal.
Respecto a los personajes, como ya hemos hablado, por mucho que nos empeñemos en que son nuestro producto, mucho me temo que no es tan así. Es cierto que los construimos, pero también es cierto que, en determinado momento, adquieren vida propia y toman su propio camino. ¿Motivo, causa y razón de ello? Es nuestro subconsciente, y no nuestro conscient, quien monta el puzzle. Y no tien mal que paecer a naide.
Suerte en el empeño, Dintelilla, muchísima suerte. Y recuerda, las musas pueden llegar, o no, pero si llegan, que te pillen currando.

dintel dijo...

iTxaro, es lo que estoy haciendo, de verdad. Es un mundo nuevo en el que me estoy sumergiendo.

dintel dijo...

leo, realmente me gusta mucho. A pesar de lo poco productiva que soy, evoluciono en el tema. De verdad, ya lo verás.

dintel dijo...

LaRepo, duda lo que gustes, es de lo poco que queda gratis.

dintel dijo...

Mármara, currando estoy, no lo dudes, como una posesa. Tengo ya unas ganas de que se me escapen los personajes por su propia historia, que no lo sabes bien.

Pena Mexicana dijo...

¿Limitaciones? ¿no será que eres muy severa contigo misma? ¿tres capítulos? jo... qué curiosidad!

dintel dijo...

Pena Mexicana, sí, severidad sí que tengo.

illeR dijo...

Que interesante lo que cuentas!! A mi la verdad es que escribir siempre ha sido algo que me ha superado... admiro a los que tenéis la capacidad de escribir bien, crear algo de la nada e inventar historias. Yo no puedo. Ante el papel en blanco siempre he preferido garabatear que escribir...