Esa amabilidad irónica con la que me encuentro a veces y a
la que nunca me suscribo me crea un escepticismo purificador que me permite
estar por encima de todas las cosas. Y sé que esto te exhorta a la seriedad,
pero no lo puedo evitar. Ese arsenal de rabia existencial que no haces más que
arremeter en contra de mí, fíjate bien, ya no me inmuta. Solo me empuja a una
especie de redil en el que espero que algún día te despistes y me permita
entrar de nuevo en la vida. Quizá la gente no entienda lo que escribo, pero tú
sí. Tú sabes muy bien de lo que estoy hablando. Se está acabando el letargo o
¿debo decir la paciencia? Creo que ya ha pasado mi momento de cautela. Esta
aciaga existencia debe dejar de existir; te exonero de mi amor y yo huyo del
tuyo.
2 comentarios:
Pues si señora...ya es hora!!..mucho tiempo aletargada..y es el.momento de reiniciarse...y ademas ahora coon esa ilusion renovada de la mirada de ojos azules.:)
Noor, a ver, a ver! (¿o es pura literatura?).
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