Todo el vecindario conocía a María, una niña alegre y simpática que pronto se convirtió en una sensata jovencita amable y dispuesta. Justo acabados sus estudios, los cuales nunca tuvo la necesidad de utilizar, se casó, enamoradísima, con Pedro, un chico del barrio. Enseguida tuvo tres hijos que crió con un excesivo amor maternal pero con mano dura y férrea disciplina.
La vida quiso saltarse las leyes naturales con ella; primero fue la pequeña que cayó del tobogán partiéndose la crisma y muriendo al instante. María, protegiéndose contra el dolor, se volcó exclusivamente en sus otros dos hijos, olvidando el amor que sentía por su marido. No tardó este en quejarse, siendo su queja el inicio de un periodo de conflictos e incomprensiones que concluyó con una separación. El divorcio vendría más tarde.
María decidió empezar a trabajar pero, cuando se dispuso a hacer uso de sus estudios, murió repentinamente su madre y a los pocos meses (se amaban mucho) su padre. El duelo vino acompañado de una sustanciosa herencia que conllevó al abandono de la intención de iniciar un currículum laboral.
Superados estos tiempos, el 15 de agosto de no sé que año, María que arreglaba las flores secas de uno de sus jarrones recibió una llamada telefónica de la policía, que le anunciaba que “sus dos hijos habían fallecido en un aparatoso accidente de tráfico en la autovía de Madrid a Galicia”.
María estuvo muchos años deambulando por el barrio como un alma en pena. Sus vecinos la miraban con tristeza y compasión y para no permanecer demasiado tiempo junto a ella, porque para la muerte en vida no hay palabras, le cedían el turno en las tiendas del mercado. No quedaba nada de aquella chiquilla alegre que conocieron en sus días.
En una ocasión, María, recogió un perro que llevaba varios días rondando cerca de su casa, abandonado. De alguna manera se veía reflejada en él. Al cabo de pocos días, recogió otro, y otro, y otro. En el barrio, pasó a ser conocida como María Ladelosperros que pronto evolucionó al mote de María Chucho o María Cannis, para los más intelectuales. La gente se olvidó pronto de su pasado, era como si siempre se hubiera dedicado a cobijar a perros vagabundos.
Hace unas semanas que no se la ve por el barrio. Al final, a instancias de los vecinos que estaban agobiados por los ladridos, se presentó la policía en su casa. Cuando estos tiraron la puerta abajo, no había rastro de la mujer. Sólo hallaron unos perros muy bien alimentados.
63 comentarios:
Si la historia es de verdad.. joe que triste... Si es producto de tu imaginacion, me encanta el "cuento"...
Gracias por la novela
Una historia fuerte, vida de sufrimientos... perder los hijos es perderlo todo.
Perderse, vivir perdida.
Hermosa y triste historia mi amiga.
Besos
¿se la comieron? Pobre mujer.
De una narrativa impecable, de un fondo amargo e irónico que me pone los pelos de punta en blanco.
...triste...tétrico...ufff...
qué fuerte!! y me suena, pero no sé si real o de algún caso del CSI jejeje
me impactó la frase "para no permanecer demasiado tiempo junto a ella, porque para la muerte en vida no hay palabras"
besos :)
Perder a tus hijos tiene que ser lo peor que a uno le puede pasar. Aqui hay una marialadelosperros tb. Tiene ni se cuantos perros pero lo demas no se si coincidira. Un poco triste...
Terrible, horror,... sea o no real...
Dintel, estoy con Jeicita, me suena me suena...lo cierto es, que las leyes naturales cuando se rompen como en este caso, es dificil superarlo.
Un beso
La vida es una ironía, cruel con aquellos que no debería...
besitos guapa!!!
bueno...relato negro muy negro...
Te haz visto la película vivirdiana? pues me recordó esa peli...
me dejas puf, o escribes sobre el amor y las bajas pasiones o me sorprendes con un cuento como este, triste como la vida
un beso
Espero que les dejase comida preparada a sus perros y para cuando llegó la policía ella ya estuviera en... vete tú a saber dónde "conociendo mundo"...
Qué historias que nos cuentas... No hay forma de quedarse impasible, oye! :) Un besico
Como dice el refrán: quien da pan a perro ajeno ... se queda sin pan y sin perro (y sin vida, por lo visto).
Dintel,de qué me suena esta historia?la bajaste en otra ocasión?En fin,para resumir:qué perra es la vida.
Que cruel final para una vida tan cruel... Pobreta!!
Besicos
Encarna
Bufff, creo que tendría que haber leído esta historia más tarde. Ahora estaré todo el día con mal cuerpo por la crudeza de los hechos.
Saludos.
¿Y que ha quedado de ella? La vieja loca de los perros, de tenerlo todo a no tener nada... así es la vida...
Besos.
Los hijos obligan a seguir haciendo camino...
Sin ellos es muy fácil quedarse en la vera, o caerse rodando abajo.
No sabemos lo cerca que está María de la vida de cada uno...
Dios mío qué aterrador, pobre mujer que desdicha, puffff. Me dejastes impresionada. Besos
las de historias que llevamos a cuestas, eh?? Besos.
Ay ay ay, pobre María. Menos mal que ya desde el segundo párrafo me haces sacar la sonrisita irónica que si no...
Un abrazo
que podemos saber de la historia que hay detrás de cada persona, los dramas, los dolores, las tragedias...
Pobre María, siempre se dio a los demás...tanto se dio que sirvió de alimento...
Un besote
Suena a historia real, pero en cualquier caso si no lo fuera, cosas como esas desgraciadamente suceden.
besos
Quizás la vida no sea totalmente gris como cuentan estas líneas.
Besos
La crueldad se ensaña de una manera terrible con algunas personas.
Tristísima historia.
un beso
No sé si es verdad o no el relato, pero me voy "encogida" pa la cama Dintel...
Jo...que triste...
Supongo que cada uno tenemos un fin en la vida...algunos tienen el de audar siempre a los demás...
El coincidir con ella en el nombre me hace sentir un no se qué...
Gran relato...sea o no cruda realidad...
A pesar del silencio, sigo aquí. Me encanta todo lo que escribes. Un besín.
Cuántas Marías hay en este mundo, Marías las de los perros, las de los gatos, las de las basuras...
Mul, como todo en esta vida, una parte es real y la otra ficticia.
Adr ;)
Espectadora, no opinan lo mismo los perros. ;)
Conso, gracias.
Mimundo y un montón de adjetivos más...
Jei, a mí también es la frase que más me impacta o me gusta...
JD, la pérdida de un hijo creo que no se puede superar nunca.
Fini, lo sea o no, cierto.
Blau, cierto del todo.
Ayshane, no sé yo si hay "alguienes" con los que debiera...
Gloria, creo que la vi hace mucho tiempo, no recuerdo.
Guada, para mí es un gran piropo que me digas que lo que escribo te afecta de alguna manera, gracias.
pikaia, ;)
Sensai, no conocía el refrán. Jajajajjaja, es muy apropiado
Oleans, sí, ya la había publicado.
Encarna, a tono, ¿no?
Nosotras mimas, no era esa mi intención...
Geminis, así es la vida y mucho más, a veces muy decepcionante.
Santa, exacto, María no es alguien lejano.
Kuka, era lo que pretendía el relato.
Morgana, y las que te contaré, morena... Jajajajajja.
Raquel, ;)
Bohemia, me ha gustado tu comentario, me ha hecho pensar.
Emperatriz, recuerda que la realidad supera a la ficción.
Without, quizá.
Frabisa, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Pulgacroft, esa era la intención, que llegara.
Merypipis, eso de los fines en la vida... interesante, también.
Al-kemia, muchas gracias por la fidelidad, ;)
Mármara si es que en este mundo hay mucho de todo...
Enredada, te salté o saltuve... eso de perder los hijos es algo muy triste. Tuve a alguien cerca que los perdió.
Qué final más macabro y sorprendente, porque los perros suelen amar a sus amos, que los cuidan y los protegen, y yo pensaba que no serían capaces de comérselos, pero todo hay en la viña del señor.
No había pensado en la posibilidad de adoptar animales como terapia de la pérdida. Es un tema que me hará reflexionar.
Perder un hijo es innombrable, sólo se puede entrever algo cuando has perdido muy cercanamente.
Inus
Publicar un comentario