Autora: Cristina Domenech
El otro día que había quedado en el centro, como es
costumbre, salí de casa mucho antes para perderme un rato en el FNAC (o la
FNAC). Es una cosa que me encanta y suelo hacer poco últimamente. Así que
después de bajar andando, paseando, sin prisa (qué gusto) y después de hacer el
único recado que me quedaba, comprar polen porque se me está acabando, me perdí
feliz entre libros.
En seguida encontré este. Su título me resultó agresivo,
incluso me hirió. El verbo lo había oído antes, pero no creí que fuera
aplicable a las lesbianas. En fin, queda patente mi desconocimiento en nuevos
términos y acepciones. Me lo compré dudando un poco de su contenido y mientras
esperaba que llegara mi amiga, empecé a leerlo apoyada en una barandilla del
metro. En las primeras líneas ya quedé absorbida por el tema y por el tono.
Total, que me lo he acabado en un día, porque he buscado todos los momentos
posibles para leerlo.
Parte del disfrute ha sido no conocer la vida de estas
señoras “empotradoras” y la otra parte, que me ha provocado incluso más de una
carcajada, ha sido el tono distendido, cercano, crítico y guasón de la narradora,
o sea, de la escritora.
Tengo envidia del estudio que ha realizado la autora para
descubrir estas historias que van del siglo XVII hasta el siglo XX. Me la
imagino leyendo los antiguos documentos, o diarios, o fuentes de información,
tomando notas y ligando o cotejando una información con otra. Descubriendo
estas maravillosas historias de mujeres que también estuvieron en el armario y
salieron o no de él, porque parece ser que la época victoriana favorecía el
lesbianismo sin tener que salir del armario.
Me ha gustado y por supuesto lo recomiendo a todas aquellas
personas que les interese el tema.
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