29/1/20

Días malos


No todos los días deben ser buenos. Ya he aprendido que es así. Y, es más, lo acepto. También soy consciente que a medida que avanzamos en años nos es difícil mantener la ilusión sin que se erosione; ni mantener esa energía que hacía que todo brillara y ni esa satisfacción que desbordaba los límites de la piel. Ni ese amor intacto como el primer día. La monotonía va haciendo mella y lo que antes era esplendor, ahora es costumbre y la costumbre no necesita de la opulencia del sentimiento para perdurar.

Hoy es un día malo. Desde que me he levantado. Añoro estar entre tus brazos y sentir esa intensidad de sentirme viva y de no ser costumbre. Añoro tu piel, su olor dulce y cálido, su temperatura, su tersura. Tus caricias mientras me hablas, sin excederte en el gesto. Tu forma de cogerme, con cuidado, poniendo amor entre tus manos y mi piel, como si fuera frágil, como si necesitara protección. Añoro esa plenitud corporal no exenta de cierto sentimiento omnipotente. Añoro esa chispa, esa electricidad que saltaba entre tú y yo cuando estábamos juntas; ese acariciarnos con la mirada por guardar las formas y el secreto ante la gente.

Esa añoranza me hace sentir un ser fragmentado y me carcome la desazón porque todo esto que añoro ya es historia, y la historia sirve para contarla, y yo apenas puedo pensarla ni como acto contrario a mi consciencia. Y, hasta tal punto siento ese amor perdido que me proporciona la extraña sensación de no existir.

10 comentarios:

Rafael dijo...

En esos días malos hay que intentar buscar lo positivo y ya sé que es fácil decirlo, pero... ¿por qué no...?
Un abrazo y feliz día.

JLO dijo...

lo positivo acá es el recuerdo, ese buen recuerdo de sensaciones... no está nada mal eh... saludos...

Nosu dijo...

Efectivamente, los días malos a veces hasta van bien para pararse, pensar...
Aun así, agradezcamos que por lo menos, algún día hubo esa "energía que hacía que todo brillara", ya que hay mucha gente, que quizá no ha conocido esa sensación en la vida...

A ver si voy pasando más por aquí a leerte

Carmela dijo...

El amor hay que abonarlo, día a día. No hay otra.
Y sí, hay días que pesan, pero otros brillará el sol.
Un beso.

hiro dijo...

Sin días malos no podríamos valorar los buenos. O eso me digo cuando los días malos (o rojos, como diría Holly Golightly en "Desayuno con diamantes") me atrapan.
Un abrazo!

dintel dijo...

Rafael, acepto el abrazo y el feliz día. Otro tanto para ti.

dintel dijo...

JLO, no sé cómo lo hago pero los recuerdos que tengo siempre acaban siendo buenos y no es que no me acuerde de los malo, no, lo que pasa que con el tiempo, no me parecen tan malos. Todo es vida.

dintel dijo...

Nosu, cierto, cierto, si se conoce el brillo es que alguna vez existió.
Pasa siempre que quieras, esta es tu casa.

dintel dijo...

Carmela, el abono es solo una variable y existen tantas que si no es una, es otra la que se descontrola.

dintel dijo...

hiro, me gusta eso de días rojos. Por cierto, creo que no ha visto ni he leído nunca "Desayuno con diamantes".