25/1/08

Tu ausencia

Durmiendo, cuando me abraza la inconsciencia del sueño y tengo la realidad perdida, sin control, jugando con Morpheo, te busco entre los pliegues de la sábana y, por supuesto, no te encuentro. Mi mano se desplaza por el resto del colchón y su fría temperatura despierta, poco a poco, entre deseo y ensoñación la realidad de tu ausencia. Ya ni el eco de tu voz queda en casa, se ha ido difuminando de tanto que lo he escuchado.

No sé qué hora es. Me medio incorporo y enciendo la luz de la mesita de noche. Queda un vaso con un culo de café y a la vez que recojo el gesto me lo bebo. Me incorporo y apoyo mi espalda en el cabecero. Enciendo un cigarrillo y lo aspiro hasta que mis pulmones no pueden más. Expiro y tras el humo del cigarrillo todo se ve más claro: comprendo que no vas a volver.

En la calle se oye el ladrido de un perro, si no fuera porque la frialdad de la cama siempre es más cálida que el llanto desesperado y sin consuelo, yo también debería ponerme a cuatro patas y aullar a la luna tu ausencia.

4 comentarios:

Fini Calviño dijo...

Intenso regalo, como siempre...

AdR dijo...

Excelente relato. Mi enhorabuena, desborda soledad y desesperación por doquier.

Un abrazo

Desesperada dijo...

jo, espero que sea ficción

Blau dijo...

te atreves a jugar? espero que si.