1/6/08

Bienaventuradas las que chatean porque ellas entrarán en mi Reino

Apareció en mi vida, como todas las otras, a través del Chat. La verdad es que es un medio que me va muy bien porque puedo coquetear con más de una a la vez y es casi imposible que lo averigüen. Bendito Internet. Con un poco de organización, logro tirármelas a todas, e incluso, si me apetece, puedo salir con varias al mismo tiempo.

Siempre consigo lo que quiero, es bien fácil. No me cuesta nada embaucarlas. Enseguida descubro cuales son sus debilidades. Pobres ingenuas, la mayoría de ellas desquiciadas y desequilibradas; les escribo un par de palabras dulces; me hago un poco la desgraciada, abandonada por amor y sufriendo por ello (les encanta la empatía con esto); les doy cariño, al principio poco, para luego ir aumentando la dosis, así les creo la adicción hacia mí; les regalo alguna que otra promesa que su antiguo amor no cumplió y, ya son mías. El truco es bien simple: que se sientan especiales. Son tan grandes sus carencias, que con mi buena intuición puedo hacer que se enamoren de mí casi sin trabajármelas.

Con ella, el coqueteo se convirtió en todo un arte. Me costó mucho descubrir por dónde entrarle. Era más joven que yo, con un desparpajo muy atrayente y sobre todo, muy lanzada. Se mantenía lejana, aunque juguetona. Cuando hablábamos en privado, notaba que me excitaba el hecho de intentar conseguirla. Me la tenía que follar aunque sólo fuera una vez. No es que me gustara, pero conquistar a través de este medio tiene su morbo y si encima, ella, es un cuerpo joven, morbo y medio. Ya dudaba de que pudiera conseguirla, cuando de repente, un día, empezó a hablarme de su familia; padre alcohólico, madre trabajando día y noche y ella llevando la casa y cuidando de todo el mundo, incluso de un hermano más pequeño. El pan nuestro de la familia desestructurada. Ahí cambié de táctica. Me volví más maternal cuando hablaba con ella, era lo propio para suplir las carencias afectivas que tenía. Empecé a preocuparme por si comía bien, por sus dolores de cabeza, para que saliera con sus amigos. En realidad, haciendo de “mamá” cada vez me ponía más hablar con ella. Disfrutaba de la dificultad de conquistarla. Yo le escribía palabras calientes para incitar a que ella también me las dijera. Me encanta sentirme húmeda. Al principio no conseguí nada, pero entonces ataqué directamente a lo sensible, a la fibra: le dije que me estaba enamorando de ella, que ya sabía que era mucho más joven que yo, pero que mentalmente me superaba en muchas cosas, que la admiraba sinceramente y que tenía mucho que enseñarme… se lo creyó, la pardilla. Es tan fácil, mi inteligencia siempre supera a estas carentes de amor. Tengo comprobado que si les dices que te gustan, enseguida se cuelgan de ti. Además, voy con la precaución de ir despacito al principio, soltando algún tejo que otro, para ir aumentando la intensidad de la relación, a medida que veo como la otra persona va acercándose a mí, hasta concluir con la declaración de mi amor absoluto. Lo tengo todo estudiado.

Conseguí que me diera su número de móvil y entonces sí que disfruté. Me estiraba en la cama, mientras hablaba con ella, conquistándola a cada palabra para culminar en una explícita provocación. Creo que ella ya se estaba enamorando de mí, porque se ofrecía a todo lo que yo le pedía. Es la estúpida manera que tenía de demostrar el amor que sentía. Y cuando yo estaba bien caliente, me tocaba y me masturbaba con ella al teléfono y le dejaba oír mis jadeos. Sé que eso la volvía loca. Acababa diciéndole que la amaba desesperadamente y que la deseaba, que ya no podía soportar más no tenerla entre mis brazos. Mi plan estaba funcionando. Cuando pensé que ya la tenía en el bote, me inventé una excusa para invitarla a pasar unos días en mi casa. Era la parte que más me gustaba: con un poco de toque amoroso conseguiría que se ocupara de mí y de mis necesidades.

Llegó en autobús a mi ciudad. Le había dado la dirección y le dije que no podía ir a recogerla porque trabajaba. Esa tarde mientras ella me mandaba mensajitos en el móvil: “estoy aquí”, “estoy acullá”, “estoy nerviosa y con ganas de ti”, etc., yo estaba dándole algún que otro repaso a una ex que tenía no muy lejos de mi casa, aprovechando que su novia sí que estaba trabajando (si lo difícil es tirártelas la primera vez, luego, todo es coser y cantar). No es que les quiera hacer daño, sólo es cuestión de que me encanta tenerlas detrás de mí y sentirme con el poder emocional sobre ellas. Si ellas son tontas y se dejan embaucar, ¿de quién es la culpa?

Cuando llegué a casa me la encontré en el vestíbulo de la portería esperándome. Se puso en pie de un salto y se acercó a darme dos besos. La noté nerviosa y no desaproveché la ocasión, me puse a cortejarla desde ese momento; le cogí de la barbilla y la besé en los labios. Qué sabor tan dulce tenía, comparado con el de mi ex. Ahí tomé la decisión de lanzarme a conquistar jovencitas, son mucho más fáciles de engatusar y funcionan mucho mejor. Subimos al piso y no le dejé hacer nada. La fui empujando entre besos y caricias hacia mi habitación y ahí “hicimos el amor” (como lo calificó ella), una y otra vez, hasta que quedé bien saciada y me dormí. Al día siguiente me echó en cara, cariñosamente, eso sí, que no me había preocupado de si había comido algo el día anterior. ¡Qué le dieran por culo a la niña!

Me encantaba. Era joven y dulce y cayó totalmente rendida a mis pies. Yo prometiéndole el oro y el moro conseguí todo lo que quería de ella. Tengo un gran carisma para estas cosas. Como se sentía en deuda conmigo (esto les suele ocurrir a todas), porque estaba alojada en mi casa, era ella la que costeaba las compras y las cenas en restaurantes y las cañitas y las copas por ahí. Y cuando me iba a trabajar, ella se quedaba ocupándose de todas esas tareas domésticas que yo tanto odiaba. Ella muriendo de amor por mí y yo con una chacha gratis. Luego dirán que la vida es dura.

Una tarde, le pedí por favor que se fuera hasta correos y me buscara un paquete certificado que había llegado. Me excusé diciendo que me quedaba trabajo de ordenador por acabar. Después de estar chateando un buen rato, cosa que añoraba bastante, y, después de asegurarme que no perdía a ninguna de mis adeptas (hice ronda de privados y melosidades), con cuatro tonterías le monté una cena sorpresa. Preparé la mesa lo mejor que supe y puse dos velas blancas en medio (nunca he entendido por qué les encanta esa chorrada). Cuando calculé que ya estaba a punto de volver, cerré el ordenador y la esperé tranquilamente. No tardó en llegar, con el paquete. Se emocionó al ver la mesa preparada para dos. “La cogí en brazos del romanticismo y la seduje lo mejor que supe”. Ella temblaba como un flan, me daba la risa ver lo pava que era. En el momento más culminante de su sentimiento, tengo perfectamente calculado el punto, le pedí que fuera mi pareja. Se abrazó a mí e intentó besarme. La calmé diciendo que debíamos acabar de cenar. Esa noche, follé como nunca lo había hecho. Se entregó a mí, sin ningún tipo de contemplación y me dejó hacer.

Nunca había tenido la casa tan organizada ni tan limpia. Yo me largaba por la mañana y volvía a última hora de la tarde. Con la excusa de que no me daba tiempo de ir a comer a casa, a penas la tenía que aguantar. Eso sí, por la noche, era mía y de mis caprichos.

Todo iba muy bien. La muy inocente vivía en el engaño, eso sí, con su ridícula felicidad, y yo tenía absoluta libertad para todo. La tenía bien controlada con un par de besos al día. El problema vino cuando apareció en mi vida otra persona y empecé a faltar por las noches. Al principio, llegaba muy tarde, de madrugada, con la excusa de alguna cena de trabajo o algo así. Pero luego ya ni aparecía. Cuando pasaba por casa a cambiarme de ropa, ella, con los ojos hinchados por haber estado llorando me recriminaba mi ausencia y me decía que si ya no la amaba era mejor que lo dejáramos. Yo no quería que se fuera, me iba muy bien tenerla al frente de mi casa. Entonces, le decía todas esas palabras de amor que ella quería oír. Al final opté que la mejor solución en esos momentos era no contestarle sino hacerle el amor. Algo contra lo que no podía luchar y sucumbía. Se volvía a sentir querida de nuevo y yo disfrutaba de unos días más de tranquilidad.

Esto se repitió en más de una ocasión, hasta que me cansé de ella y ya me importó poco que se quedara o se fuera. En pocos días, seguro que alguien ocuparía su puesto. Aún me río al recordar el momento en que, con un portazo, se largó de casa diciendo que estaba harta de mendigar mis besos. Si es que todas son iguales. No sé qué esperan. Se fue aguantándose el llanto en un ridículo y patético gesto de dignidad ofendida. Y yo con ello recuperaba de nuevo mi libertad. Nunca aprenderé; no sé quién me manda liarme con semejantes especimenes.

38 comentarios:

Miguelo dijo...

ju pobrecilla no?

Sandra Sánchez dijo...

Si es que yo no sé qué quieren...les das todo para que después te paguen largándose...jeje...

Menudo ejercicio de crueldad que te has montado!
;)

Spica dijo...

...¡¡¡que horror!!!...ojala .. .... .. ... ......., ..... .. .. ......... ..... ... ....... ... nunca...

€_r_i_K dijo...

Desde todos los tiempos, unos se sirven de otros, incluso los aparentemente débiles, aprenden la lección.


P.D. Gracias por tú visita, ah y por cierto,si lo planteas alguna vez, ella te atrapa a tí, no tu a ella...

Anónimo dijo...

osea, moraleja: mejor mantenerse alejada de los chat, no vaya a ser que aparezca alguien que te joda la vida. uf!!

without dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
without dijo...

Hola Dintel,

Para "jugar" sólo hay que conocer las reglas del juego y la más importante es saber cuando parar.

Besos

maslama dijo...

hola dintel;
confío en que todo este cuento de horror sólo sea un ejercicio narrativo..

saludos,

isobel dijo...

un mero y simple contrato de conveniencia por ambas partes, puestos a elegir... me quedo con la menos fría, besos

JESUS y ENCARNA dijo...

Eres muy mala, malita....
Petonetes
Encarna

dijo...

Uffff, pobre chica...pero lamentablemente pasa... y seguido..
besos

Blasfuemia dijo...

La ignorancia de la persona cruel sólo es comparable a su soledad.

boticcario dijo...

¿Así que por eso me empece a sentir tan sola? :( Menos mal, que el vecino del quinto me empezó a consolar durante tus ausencias. Decía que siempre le había encantado tu casa cuando subía por la escalera y veía la puerta abierta mientras metías las bolsas con la compra o cualquier otra cosa. Siempre lo repetía cuando me llevaba a tu cama.
Por cierto, no se si te has percatado de que hay algunas como yo, con las que ya no contactas. Fue culpa suya. Fue él quien consiguió romper las bisagras de acceso a tu messenger. A partir de entonces las largas noches de soledad, me convertía en ti, y empecé así a seducirlas a casi todas. A la primera me costó seguirle el rollo, pero después recordé como me habías trabajado y como ellas se ofrecían sin problemas a mi. Lo mejor fue cuando cayó tu ex, la que has mencionado al principio. ¡Una trigresa!
¡Ah! el mosqueo al irme, me lo sugirió una rubia para que luego no me siguieses.
Besitos
Yo ;)

Rara Avis dijo...

Qué historia, desde el primer párrafo consigues que odiemos a esa come mujeres, y la vas cogiendo mas asco a cada frases que lees...

Vaya vaya, no sabía esta faceta de tí al escribir así, me ha gustado pero hace que nos preguntemos ... ¿chat? mejor ni hablar... bien lejos...

Besos

Anónimo dijo...

Qué quedará al final...después de depredar los sentimientos de las ingenuas víctimas...siempre queda una nueva sesión en el chat... ;-)

Excelente relato...

Pilar Cita dijo...

Lo has escrito tan bien, que podría creerme que fueras tu esa manipuladora-despiadada-casanova-pérfida-y-odiosa!
:)

Fenomenal giro, me ha gustado mucho!

la+ dijo...

Que sepas que tu yougurina salió alumna aventajada y va sembrando conquistas por donde pasa.....

Menudo personaje creíble y asqueroso

Belén dijo...

Pues espero que la otra también aprenda, y no se junte con estos especímenes ;)

Besicos

pikaia dijo...

Espero no estar nunca en ninguno de esos dos bandos... madre mía! Ufffff... Casi me lo creo, eh? jejeje.
bss

Raquel dijo...

¡El poder del control!

Anónimo dijo...

¡Se me han puesto los pelos de punta! Qué horror...

Anónimo dijo...

Joder....


Gurb.

helen dijo...

carallo!!

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Sin comentarios ;(

libra dijo...

Que relato...y aunque parezca sólo salido de la imaginación es real...y los finales que conozco, de la misma historia, son casi idénticos...buf, nunca me había parado a pensar mucho en ello,de como hacía para estar con varias a la vez y salir tan ancho, pero al leer este relato,creo que es tan calculado como tú lo cuentas, y aunque no es por echar piedras sobre los chats porque habrá de todo, pero en este caso también es el medio ...También algunas veces he pensado quién es la víctima...porque si a los 15 días de conocer a una persona por el chat te plantas en su casa creyéndote el amor eterno que te ofrece, pues no digo que te merezcas tanta crueldad, pero vaya...

Spica dijo...

...cualquier forma de crueldad con un ser humano es deleznable...

Eduardo Arias dijo...

No hay sádico sin su masoquista. Ambos son igual de interdependientes. Pobres, ambos.
En los dos casos: que sea verdad, o tan sólo un relato.

JESUS y ENCARNA dijo...

Hola Dintel.
Como no se si escribes pa dentro o pa fuera.....
Si es verdad, una es BORDE y la otra TONTA, y si es un relato de esos tuyos ficcionoso, una es TONTA y la otra BORDE.
Saludos.
Jesus

la cocina de frabisa dijo...

No voy a tener ninguna duda de que tu relato es ficción o cruda realidad ajena.

Especímenes como la protagonista de tu relato no tienen como exclusividad al sexo femenino, es bien sabido que en el masculino también hay una buena porción de ellos. No son inteligentes, se lo creen, tienen cierta maña con personas débiles, ingenuas y con muchas carencias afectivas, Pero ojo, esa carrera enloquecida de cama en cama, tiene a mis ojos otra lectura, son personas desequilibradas, necesitan reafirmarse a través de la promiscuidad, carecen de escrúpulos, de ética, de valores, poco estables afectivamente. Necesitan marcar muescas para ser más, en el fondo, no son nada. Cualquier persona con un poco de rollo destaca enseguida en el chat, saber escribir bien, tener algo que decir, escuchar un poco es suficiente para hacerse con la víctima, pero.... me cuesta entender que se pueda gastar tiempo y energía para engañar, a no ser, claro, que esa persona esté enferma como parece que está la protagonista de tu historia. Me dan lástima, el caos siempre termina mal, no es una ganadora a pesar de que le guste alardear de ello, es muy al contrario una pobre mujer.

Un beso

Geminis dijo...

Pobre encantadora de unas almas vulnerables....sentirse poderosa sin saber que no es más que un despojo sin latido.


Besos.

chulita dijo...

Baya impresionante relato! me has dejado con la boca abierta...a la vez me gusta y me disgusta, me dan pena las chicas esas que se enamoran tan perdidamente para luego meterlas una patada en el culo como quien dice...es muy triste romper a alguien el coraz�n y m�s de esa forma, yo no soporto ver sufrir a alguien...y menos siendo por mi culpa...Un beso enorme!

Boomings dijo...

Sigo en estado de shock...

Irreverens dijo...

¡menuda bruja!
:D

Yo he conocido personas así, pero por fortuna reaccioné a tiempo y les serví el mismo plato, ¡jajaja!

JD dijo...

Joder...vaya narración...menos mal que tiene poco de real ¿No? Vaya cabecita. Hay mucha gente que se dedica a hacer cosas asi y destroza vidas mientras se regocigan de ello.

eFi dijo...

Estimada lamento decir que si bien reconozco que existen ese tipo de manipulador@s indeseables, el describirlo con tal lujo de detalles hace que piense que su imaginación es altamente prodigiosa.

sILviA dijo...

..buenas..

..relaciones virtuales..

..APARENTES..

Mármara dijo...

No sé qué me fascina más, si el cinismo que supura éste, tu relato, o la fidelidad con la que retratas a ambos especimenes.

Manu dijo...

Supongo que el relato es ficticio hasta mas no poder, reuniendo en un solo texto anecdotas e historias vividas en carnes propias, pero me ha puesto de una mala leche increible el hecho de recordar que se que existen personajes como el masculino de tu historia.

Y los que hemos forjado nuestro ser para vivir en una relación idilica encontrando solo estrellas fugaces, que llegan a tu cama, brillan y se apagan...

Ains