16/12/16

A quién madruga más vale tarde que mal acompañado.

Todas las cosas tienen su tiempo,  y parece que esto de los blogs ha pasado a mejor vida. Pero esa  parte decadente de mi espíritu se niega a aceptarlo y aquí continuo, al pie del cañón unos días y otros, con un pie en el desfiladero.
Sigo intentando atrapar la primera luz del alba con mis palabras para que se me derrame por dentro y despierte formas nuevas. Pero todo queda en vacuos intentos.

¿No escribirás para que te lean?, más o menos me preguntó el otro día Únicalectora. Mi respuesta inmediata fue decir que no. Pero acto seguido saltó el resorte de sinceridad: pues, claro que sí. Todo el mundo que escribe quiere ser leído. Únicalectora al final estuvo de acuerdo conmigo.

─Pero todo lo que escribes es muy triste ─continuó─. Debiera sacar a la Mosca y volver a escribir cosas de ese estilo. Basta ya de arrastrarte entre tanta soledad.
Pensé que debía complacerla, más que nada, para no perder la única persona que me lee.

Y aquí estoy. Intentando escribir después de tanto tiempo de no hacerlo. Sin encontrar un tema qué desarrollar, un sentimiento, lejos de la soledad, que me permita ser poema. Ni siquiera una estúpida anécdota de esas que te pasan durante el día y que a través de la escritura puedes exagerar para despertar la hilaridad.

Únicalectora, te voy a tener que pedir un poco de paciencia. A penas he encendido los motores y me faltan bastantes horas de vuelo. Porque escribir, no es como ir en bicicleta. Escribir se olvida, se pierde entreno. La mente se vuelve vaga y no encuentra juego en las palabras. De la falta de temática, casi sería mejor no hablar, de tanto tiempo compadeciéndome he perdido la capacidad de observación. Rabindranath diría algo así: “Si lloras porque te das pena, las lágrimas no te dejaran ver la luz de la alegría”. Y tiene toda la razón. Pero no me vas a negar, Únicalectora, que no se está bien tirada en el sofá o en la cama moqueando entre sollozos y repitiendo el mantra: “porquéamí?porquéamí?Quépenitamedoy”.

Únicalectora, después de leerme, no arrugues el morro ni arquees la ceja, dame tiempo para encontrarme, que llevo una eternidad perdida de mi misma. Así que deja que entreteja el polvo cósmico de lo que fui con el que seré mañana y que haga un buen caldo de cultivo con ello para empezar de nuevo a escribir.

Paciencia.

7 comentarios:

Karol dijo...

Pasito a pasito, hasta que las ideas/palabras vuelvan a brotar.

María dijo...

Yo también te leo.

dintel dijo...

Hola, Karol. Me he lanzado a ver tu blog y cual no ha sido mi desilusión al ver que no tenías. Me he alegrado mucho de verte por aquí. Espero poder ser paciente y seguir tu consejo sobre la velocidad y el desplazamiento y no perder la paciencia pensando que solo hay brotes en la primavera. Gracias, cualquier palabra de ánimo es bienvenida.

dintel dijo...

Hola, María. Me sabe mal que te encuentres postrada por culpa del menisco. Una persona tan activa como tu debe sentirse prisionera de la cama (y no en el sentido que todas querríamos, ejem). Pero veo que te ha servido para saberte muy querida, cosa que de vez en cuando la autoestima lo necesita y está la mar de bien. El punto 5 es bueno y también necesario, así que un podo de introspección tampoco debe sentar mal.

Un saludo cordial y cariñoso.
Ánimo y poco a poco con la recuperación.

Karol dijo...

Hola, todavía no me he lanzado a publicar un blog, más por falta de tiempo que de ideas (y porque también se me da mucho mejor leer que escribir, je je ), pero siempre me gusta dar una vuelta por los vuestros. Así que, con tu permiso, seguiré leyendo los que públicas.

dintel dijo...

Permiso concedido, Karol.

Clara dijo...




Si buscamos ser leídos y que el mensaje en una botella...llegue a alguien.
Tu caldo rico...rico.