Anda duérmete, deja ya de sufrir por lo que pudo ser y no ha
sido. No te preocupes y duérmete, seguro que el mismo amor podrás vivir en
sueños. ¿Para qué estar despierta? Nada nos ofrece esta vida que nos ha privado
de amarnos. Quizá entre sueños encuentres lo que has perdido y tu aliento
caliente la estancia en la que un día la indolencia de mis labios sellaron tus
besos. Atraviesa la periferia de la quietud y mécete en su adorable murmullo.
Deja que tu sol interior inunde tu paz y calme tu respiración hasta acallarla.
Mientras la luna, precursora de quimeras, te amodorra con su canto. Ya no nos
interesa vivir la vida, si no soñarla. Duerme, mi amor imposible, duerme, debes
dormirte, porque yo no voy a estar para protegerte de la aurora.
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