27/2/18

Propósitos


Me encantan mis buenos propósitos, solo duran lo mismo que el viaje en tren del trabajo a casa.

He aquí mis pensamientos mientras recojo la mesa de mi despacho: “Me voy a llevar esto, este otro carpesano, estas dos carpetas y estos tres dosieres y en cuanto llegue a casa me pongo a ello y adelanto. Así mañana voy más relajada y puedo permitirme descansar un poco en mi media hora de desayuno”.

Ahora en casa me hallo zampando un bocata a mordiscos, bebiendo una coca-cola bien fría (lo necesitaba a pesar de la nevada) y tecleando mi decepción conmigo misma. Eso sí, mientras voy masticando voy reestructurando todo lo que me he traído para hacer junto con las pocas ganas de hacerlo. Me encanta engañanarme. Al final, ya lo veo, me excusaré a mí misma diciendo que me he traído demasiadas cosas y que lo que necesitaba era descansar. Así que sabiendo cómo va a acabar, mejor me relajo y soy coherente conmigo misma.

No hay comentarios: