20/6/19

Espera un poco, un poquiiiito más


No había previsto que el día de hoy fuera tan des-esperante. Primero una mamografía; una hora esperando en la sala de espera. Cinco minutos para la prueba, venga, va, le sumo dos por sacarme la camisa y el sujetador y volvérmelo a poner y veinte minutos sentada en una silla en un pasillo estrecho, oyendo cómo los médicos y las enfermeras de radiología hablaban de sus planes para la verbena.

Cuando por fin de me han dado la prueba, he corrido a la estación de tren para irme a trabajar. Los trenes no iban bien y he tenido que esperar casi media hora. No voy a contar el tiempo que se ha ido parando durante el trayecto. Al medio día, me he ido a la ginecóloga; tenía hora a las cuatro y me ha visitado a las cinco y treinta y cinco. De ahí, corriendo de nuevo, porque he salido sobre las seis y me he tenido que esperar a que me hicieran el justificante para el trabajo, a la otra punta de la ciudad porque tenía cita con mi terapeuta. Cuando he llamado al interfono me ha dicho que aún no había concluido la sesión anterior, así que me he sentado en el escalón de la puerta de la calle. Veintitrés minutos después, subía a su casa totalmente estresada (no soporto esperar) y empezaba mi terapia. He acabado la sesión con los ojos cerrados, mezclando en mi mente dos colores y ella tocando un cuenco tibetano sobre mi cabeza. Eso sí, me siento liviana y liberada. Aunque en el fondo, muy en el fondo, les daba yo cuenco tibetano a todas aquellas personas que me han tenido perdiendo el tiempo hoy.
martes, 19 de junio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra saber que el blog es pura literatura...de lo contrario sería para coger de verdad el cuenco tibetano..jajaja.
NOOR

dintel dijo...

Noor, siempre pura literatura... no vaya a ser verdad y esté escribiendo mis memorias.