Sigo con mi colección de biografías de mujeres que edita RBA
y que adquiero cada semana en el quiosco. Ayer me leí la vida de esta mujer y
me pareció interesantísima. Durante ciertos episodios me conmoví tanto que con
un nudo en la garganta tuve que contener mi llanto ya que me hallaba en el tren
y me daba vergüenza. Hubiera roto en sollozos en más de una ocasión.
Su absoluta lucha para tener libertad de no casarse y poder
dedicarse al estudio de una profesión y después a su realización han hecho
mella en mí: ¿qué hago yo por mi prójimo?
A veces tengo la sensación que paso por la vida sin dejar
huella, y no me gusta. No sé qué camino seguir.
El libro es de lectura fácil. Me enganchó desde su comienzo.
1 comentario:
¡Qué gracia! Folrence Nightingale. Desde hace un año que me rodeo de personal sanitario y cuando mis compañeras enfermeras me tocan las narices, suelo mentar, en plan jocoso, a esta escocesa decimonónica que profesionalizó el cuidado de enfermos. La secre de la U.C.I., que tiene mala leche.
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