Cada equis tiempo voy a
comer a casa de unos amigos. Tienen un comedor amplio, iluminado por luz
exterior y de temperatura cálida y agradable. En un rincón de la intersección
del ventanal con la pared, se halla en el suelo una maceta con una planta de
hojas carnosas de un color verde fuerte, del mismo tono que el de los lápices
Alpino de mi niñez.
Al principio era una
planta mediana plantada en una pequeña maceta. En poco tiempo, la tuvieron que trasplantar
y ahora, se halla en una gran maceta, ocupando cuatro o cinco veces su volumen
inicial.
Pregunté por ella a mis
amigos y me dijeron que no necesitaba casi riego (una vez cada mes o mes y
medio) y tampoco mucha luz ni mucho sol, que vivía allí donde la ponías casi por infusión divina y que lo suyo era crecer desmesuradamente. “Esta
es mi planta”, pensé. Tras indagar por varias floristerías y viveros, di con
ella.
La tengo puesta en un
rincón similar al de mis amigos y la planta, poco regada y casi olvidada,
creció un montón en un primer momento. Ahora lleva casi un año sin crecer absolutamente
nada. Hasta ahora, no me había preocupado. Sus hojas poseen un verde precioso
que no hace sufrir por su salud pero no ha brotado ninguna hoja nueva ni ha
aumentado la altura de su tallo, como he dicho, desde hace casi un año. Rauda llamo
a mis amigos y ellos, conocedores de la vida y costumbres de su planta, me
preguntan: “¿ya le hablas?”. “No, pero escucha la tele”, contesto. “No es lo mismo”.
Así que estoy sentada en
el sofá, delante de mi planta sin saber demasiado bien sobre lo que hablar.
Llevo un rato mirándola sin encontrar el tema. En estas me hallo cuando suena
mi móvil. Es mi psicóloga para anularme la visita. Nada más colgar, me saco los
zapatos, me estiro en el sofá y empiezo a contarle a mi planta todas mis inquietudes y mis
miedos. Cuando acabo, me la miro en silencio y ella, sumida en el mismo silencio, se desprende de una hoja que cae directamente al suelo
confirmando la ley de mi gravedad.
2 comentarios:
La ley de su gravedad se cofirma con la caida de la hoja...cual lagrima derramada por su planta tras escuchar su historia...
Saludos cordialws señora
Noor, debe ser eso, seguro. Mismos saludos.
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