Sigo en la línea de ir leyendo cómics para ir clasificando las sensaciones que me aporta. Este de hoy me ha sorprendido por lo minimalista. La mayor parte de la historia no está contada, sino insinuada y tienes que armarla tú utilizando conocimientos propios. Por otro lado, aquí, más que contarnos una historia, Chester Brown nos pone un personaje en juego; un personaje que es él mismo, cuando era niño y, luego, joven. El libro es una especie de memorias minimalistas. Con la portada, ya nos podemos hacer una idea de cómo es el trazo de este dibujante. De línea sencilla, fina y nítida, las viñetas se suceden a lo largo de las páginas sin que se abarrotarlas.
El personaje, adolescente, tiene una necesidad imperiosa por comunicarse pero por otro lado se siente bloqueado para hacerlo. Su introversión choca con la amistad y los primeros amores. El autor nos matiza visualmente las sensaciones que nos quiere transmitir.
Otro que hay que leer.
De verdad, creo que me he vuelto una yonki de los cómics.
10 comentarios:
ES curioso, a mí me está pasando lo mismo.
Es increíble el poder de atracción que tiene el comic...
SAludos!
Y yo creo que me he vuelto una yonky de tu blog... gracias por las recomendaciones, un saludo
Muy buena adicción. Un Gran saludito para ti y que sigas pasandonos la información que se agradece mucho.
Nuestra vida plasmada a través de viñetas. Un nuevo concepto...
Un fuerte abrazo
Pues apunto este también, en cuanto tenga un poco de tiempo me pongo a leer cómic a todo tren.
pues asesora, asesora, que yo de cómics estoy pez!
he leido por encima tus últimos posts y ya he visto dos títulos k buscaré :)
Pues eres una yonki con mucho estilo, perdona que te lo diga :)
Besos
Lo buscaré.
muy bonito, de mis favoritos.. ¿has leído Sonámbulo y otras historias de Tomine? si no es así estoy segura de que te gustaría. y Los combates cotidianos de Larcenet seguro que también :)
me encanta tu blog, me estoy leyendo todas las entradas casi de un tirón
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