20/12/18

Para qué


Para qué volver a escribir lo que un día escribí si las palabras son las mismas que hoy ocupan mi razón. Para qué buscar y revolver y recordar un pasado que sigue presente, si en su momento plasmé lo que hoy me apetece de nuevo plasmar. Para qué deslumbrar con un nuevo ejercicio lingüístico lo que ya fue dicho en otro momento y sigue hoy vigente. Para qué recurrir a otro texto si aquel, aunque viejo, conserva su lustre de nuevo.

"Morí. Morí con cada una de sus cuatro letras. Morí al romper nuestro amor y en silencio casar mi corazón al tuyo. Morí al intentar vivir sin ti. Morí. Morí. Y sigo muerta.

Respirar tu vacío me duele, pero la hago religiosamente, cada noche, al acostarme, emulando el castigo impuesto a Sísifo por los dioses. Y así me duermo, contando las arrugas de mis sábanas bajo este corazón de amor asmático que me ahoga el pensamiento. Y me despierto, y vuelvo a tu vacío y rodeo con mis lágrimas tu lado de la cama, que de tan frío me quema y hiere mi piel bañada en soledad de caricias. Y me duermo entre recuerdos de lo que un día fue vida. Y despierto porque ya entre mis sueños no te encuentro.

Y así pasan mis días, bajo una muerte estrellada, que de día parece viva y de noche es la ausencia del alba."

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