17/12/18

Sin olvido


No, no puedo. No puedo ver a una pareja besándose. Se me hace muy presente que yo ya no tengo pasión, ni amor. Que un día era yo la que era besada por las esquinas de la vida y abrazaba un cálido cuerpo que se perdía en mí como si de uno solo se tratase; y ahora solo voy colgada del brazo de la soledad, consumiendo un día, y otro, y otro, también, sin esperanza alguna de volver a vivir aquellos momentos con alguien que beba mis vientos y camine conmigo a mi justa zancada.

Llegar a casa por la noche y acostarme en esa fría cama, que ya no recuerda que un día ardía de deseo y de fogosidad, y que buscaba fusionar nuestros cuerpos para mitigar el enardecimiento que la contención sexual conlleva. Ahora todo es gélido sueño, que viene a borbotones como si de un fluir se tratase. Silencio y vacío, sábanas inmutables y apáticas que muestras su negligencia negándote las buenas noches.

No, no vivo igual que antes. No, no duermo igual que antes. Sencillamente transito entre los vestigios de ese mi amor, el que fuera verdadero.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

¡Has vuelto! Y yo sin enterarme, porque no puedo pasarme por el blog tanto como antes. Sobre tus palabras del último post. ¿Quién sabe qué te deparará el futuro? Saludos.

dintel dijo...

Juli Gan, me alegra verte por aquí. Pásate cuando te apetezca. El futuro... cada vez lo veo más cercano. Más saludos.