18/12/18

La Niñadelscollons ataca de nuevo


Por razones que no viene a cuento, desde hace unos meses, la progenitora de la Niñadelscollons ha venido a trabajar a mi empresa, no está en mi sección, pero nos vemos a la hora del café y alguna que otra vez comemos juntas.
Parece ser que hoy, como tenía a la niña enferma y no tenía con quien dejarla, la ha traído a la oficina. No voy a comentar que también ha traído los miles de virus que llevaba dicha preciosidad con ella.

El caso es que hoy, apenas dos horas después de entrar a trabajar, a los directivos les ha dado por hacer el simulacro de incendio anual.

De repente empieza a sonar una sirena y debemos abandonar el puesto de trabajo cerrando todas las ventanas, que con el frío que hace ya estaban cerradas, y cerrando también las puertas para  salir en orden sin utilizar los ascensores. Y nos tenemos que reunir en un pequeño parque, que más que parque parece bosque por la cantidad de pinos que hay y por una especie de incipiente sotobosque que aparece en el suelo de tierra, hasta que vienen los directivos a buscarnos una vez calculado el tiempo de desalojo.

Cuando he llegado a dicho ya me he encontrado a madre e hija, esta última con la nariz roja de tanto sonarse, las mejillas sonrosadas por alguna décima presente y los ojos llorosos por la congestión. La primera en hablar ha sido la Niñadelscollons y con una absoluta voz nasal y con la pedantería que le caracteriza me ha dicho:

─Madera. Oxígeno. ¿Hola? ─mientras movía sus manos a ambos lados de su cabeza a gran velocidad y con gesto repetido.

Creo que este sarpullido que tengo ahora y este incipiente, aunque ya doloroso, herpes labial que corona la comisura derecha de mis labios se debe a mi gran contención de esta mañana.

2 comentarios:

Nabila dijo...

Jajaja, es que la contención en el trabajo es malísima, a mí cada vez me cuesta más.
Abrazos

dintel dijo...

Nabila, mira que si cuesta que no me contengo. Soy un volcán en explosión.