18/1/10

Canguraje

Creo que al nacer me dieron un talonario de mil bonos para facilitar el “meterme en camisas de once varas”.

Suena mi móvil llegando a casa el jueves por la noche y veo que en la pantallita se ilumina el nombre de “mamá de la Niñadelscollons”. Miedo y a temblar.

−Hola, ¿qué tal todo? −descuelgo y pregunto.

−Bien. Te llamo porque este fin de semana me tengo que ir a Zaragoza. Voy a tener mi primera cibercita.

−¡Ah, muy bien! ¿No? ¿Y quién es él…

−Y resulta que no tengo a nadie para que se quede con mi hija, y he pensado que si a ti no te sabría mal quedarte con ella −me interrumpe y ametralla.

Mi cabeza empieza a acelerarse. Mi casa, mi hermosa casa, a merced del la Niñadelscollons. Mi ordenador, mis libros, mi sofá, mi… Noto que empiezo a compadecerme de mí y se me empieza a formar un nudo en la garganta. Recurso rápido.

−Es que este fin de semana viene una amiga a una ponencia y se quedará en casa y no tengo sitio.

−No, si me refería a que vinieras tú a casa, porque así, además, me cuidas la gata.

−¿La gata?

−Me la regaló Javier hace cuatro semanas. Es una preciosa gata de Angora. Se llama Peladilla.

−Qué nombre tan… tan… dulce.

−Es que cuando vino no tenía ni un pelo y nos morimos de risa porque era de Angora y calva. Ahora ya le ha salido y tiene un bonito pelaje blanco con alguna chispa de gris. Bueno, cuento contigo, ¿verdad? Es que llevo mucho tiempo sin tener una cita romántica. Por favor, por favor…

Ten amigas para esto. Acabé cediendo, ¡qué remedio!

El viernes por la tarde, a las seis, me presenté en su casa con una maletita de fin de semana y una mochila cargada de libros. Me quedaría a cuidar a su hija, pero que no pensara ni por un momento que iba a jugar con ella y esas cosas.

−Os dejo la nevera llena. Tú como en tu casa, coge lo que quieras. Mañana por la mañana los papás de Marta, vendrán a recoger a Carla y se irá con ellos a pasar el día. Les he dado tu móvil y aquí tienes el suyo. Así que hasta la noche no hace falta que estés por aquí. Y el domingo hacia la hora de comer, ya estaré de vuelta. Podríamos ir a comer fuera, las tres juntas, y así te cuento.
Total, que después de los besos pertinentes, cogió su maletita y se fue dejándome sentada en el sofá y con la niña jugando a muñecas delante del televisor.

Todo marchaba a las mil maravillas; la niña obediente fue a bañarse a la hora que dije, mientras le preparaba la cena, que se comió sin rechistar hablando de su vida escolar y sus problemas con un niño de la clase que no la dejaba tranquila. Cuando ya se iba a dormir, en la cama ya metida, me pidió que le acercara a “Peladilla” para darle las buenas noches y así lo hice.

−¡Mira, se le ha hecho un nudo en el pelo! −me dijo la niña−. Hay que quitárselo en seguida porque si no se puede liar mucho más.

−¿Y cómo se quita? −le pregunté mientras intentaba deshacerlo con mis dedos.

−Así, no. Tenemos que coger unas tijeras y cortar el enredo.

De un salto se fue al cuarto de baño del pasillo y volvió con unas tijerita romas. Cogió el enredo con la mano, tiró de él y se dispuso a cortarlo.

−Ve con cuidado.

−Se lo ha visto hacer a mamá muchas veces.

Y ras, cortó el enredo. Miré a Peladilla y vi que tenía un gran topo rosado dónde antes había estado el enredo. Miré el enredo aún en las manos de la Niñadelscollons y vi que no sólo había cortado el pelo sino que también había “rasurado” un trozo de la piel, en su primera lección de corte y destrucción.

Así que ya me tenéis, buscando un veterinario de urgencias, vistiendo a la Niñitadelscolloncins y cogiendo a su gata toporrósica bajo el brazo, agarrando un taxi y volando rauda y veloz hacia la Clínica de Animales Urgencias 24 horas.

La veterinaria me explicó que la piel del gato era como un globo, que a pesar de haber cortado un trocito, el agujero se hacía mucho más grande cuando dejaba de tensarse. En resumen, ocho puntos, antibiótico cada cuatro horas y 127 euros.

De nuevo en casa y con la Niñadelscollons durmiendo, por fin puedo descansar un poquito tumbada en el sofá y leyendo, no muy cómodamente pues me había quedado en un estado de nervios perenne, el libro que, se suponía, tanto me estaba gustando.

Debí quedarme dormida porque amanecí en la misma postura despertada por la Niñadelscollons que me decía que tenía que prepararle el desayuno que la venían a buscar. Lo primero que hice tras desperezarme es mirar si la gata seguía viva. Y sí que seguía viva, pero se había pasado la noche vomitando pequeñas bilis por todo su territorio. Así que en cuanto la mamá de Marta se llevó a la Niñadelscollons cogí de nuevo a la gata bajo el brazo, un taxi y de nuevo a la clínica veterinaria.

No era nada, sólo 74 euros más y alergia al antibiótico. Así que la veterinaria le puso un antibiótico inyectado de 24 horas, que ya era suficiente y yo debía encargarme de que se tomara unos polvitos diluidos que eran como una antiestamínico para que dejara de vomitar.

Por lo que me pasé el fin de semana persiguiendo a la gata con una jeringuilla para insuflarle en la boca el dichoso antiestamínico que debía ingerir cada seis horas.

El domingo, cuando llegó la mamá de la Niñadelscollons lo primero que dijo al ver la gata fue:

−¿Qué le habéis hecho a la pobre?

Miré la gata que la tenía de espaldas hacia mí y no pude menos que morirme de risa. Su lado derecho lucía un hermoso y abundante pelaje, mientras que el lado izquierdo estaba rasurado y cosido, dando la impresión de que la gata estaba torcida. Pero a la madre no le hizo ni pizca de gracia y mientras yo iba recibiendo su bronca la Niñadelscollons jugaba a muñecas delante del televisor como si con ella no fuera la cosa.

Eso sí, lo peor ha sido el descojone de la Mosca Estremecida cuando el domingo por la noche, al llegar a casa, le conté lo que había pasado. Se ahogaba en sus propias carcajadas.

−Porque la pregunta de “¿qué tal ha ido?” −dice hipando e intentando controlar la carcajada−, era puramente retórica y tú la has convertido más que en retórica, en histórica.

19 comentarios:

Irreverens dijo...

¡Joé, Dintel, por una vez que la niñadelscollons se medio comporta... aparece el gato!
:P

Espero que al menos la cita de tu amiga fuera bien.

Pena Mexicana dijo...

Tu relato me hace feliz de recordar que un día aprendí a decir NO :)

isobel dijo...

como me gustan sus relatos, y tu hablas de meteduras de pata, si fuese mi amiga, ya me habría pillado lo de “mamá de la Niñadelscollons”

LA DESGRACIÁ dijo...

¿Encima se enfada por lo de la gata? ¡Anda y que se hubiera quedado con ella en lugar de ir a follar! Espero que te diera la pasta del veterinario...

bss

Sandra Sánchez dijo...

jajaja muy cómico Dintel me ha encantado.
Tenías que haber dejado a la niña en el veterinario y haberte llevao sólo a la gata...jaja...
;)

La Violetera dijo...

Lo del gato me ha desmarcado, yo que tenía la frase de quien con niños se acuesta..., y me la has chafado...

Todo por una cibercita, me parece muy bien, espero que la madre también lo haya hecho con tus citas

maslama dijo...

hola guapa;
me he estado riendo a carcajadas con tu relato. Muy bueno!!

por cierto, en tu lugar yo hubiera aprovechado la primera visita al veterinario para pedir un somnífero de caballo, no precisamente para el gato. Y en nombre de todos los gatos del mundo, le hubiese recortado una buena calva a la niña.. total, la madre no se podía a enfadar ya más (creo)..

besos,

maslama dijo...

pensándolo bien, creo que finalmente no hubiera hecho nada de esto, por desgracia los niños me enternecen muchísimo (aunque reconozco que no tengo suficiente paciencia con ellos)

besos,

Tanais dijo...

Encima te echó la bronca??? fantástico, la próxima vez le dices un NO con la boca bien abierta y sonriente ;)

Tantaria dijo...

Jos Dintel, siento mucho todo lo que pasó...¡pero yo me he descojonado viva! Otro día vas a tener que decirle "no" a tu amiga. Un besote grande!

YoMisma dijo...

Estas histórias me encantan!!

jajaja
No entiendo que te tocara a ti la bronca en absoluto, me parece un pelín fuerte que deje a tu cargo tantos seres vivos.

Yo lo he hecho alguna vez y lo único que pido es la supervivencia de estos, los demás, son cosas que pueden pasar... ¿Cómo ibas a saber que la niña no tenía permiso para esquilar al gato?

jajaj

Saludines,
YoMisma

María dijo...

Por 200 euros habría tenido una cita romántica con un tío buenorro sin desplazamiento. El próximo día se lo piensa mejor. Ja, ja, ja...

Iro dijo...

Tía, qué largura, qué extensión. Mañana me lo leo.

iTxaro dijo...

jajajjajaja estoy como la Mosca estremecida.... DESCOJONANDOME

Ico dijo...

muy bueno el relato fantástico ( fantástico porque no puede ser real que una catalana suelte tanto dinero en un día..jaja.) es broma..ja.aja

marbu dijo...

Me encanto el relato, me hiciste pasar un momento estupendo.
Un beso

Raquel dijo...

Bueno, bueno... qué movidito fin de semana. Pero si hasta la niña se comportó. Claro que lo del gato llamado Peladilla eleva la historia al máximo. ¿Y cómo hubiera sido un encuento entre Peladilla y Mosca Entrometida?...

carambolista dijo...

jejeje muy divertida la historia, parece un relato... supongo que te pagaría las facturas...

illeR dijo...

Buff, de verdad que no se como te las apañas para meterte en estos berenjenales!!! Que quedadas mas accidentadas tienes siempre con tu amiga y la niñadelscollons :O