21/2/12

Morir

No puedo ser yo. Este no es mi rostro, ni mis manos. Ni mi voz, que aún sonaba enferma; ésta traspasa el alma y se clava directamente en el corazón de las tinieblas. No es este mi cuerpo, que camina decisivo dando la espalda al alba. Ni esta mi cabeza, degollada, de la cual ya no borbota sangre. Pero sin embargo esta es mi mente, sorprendida, pero clara,  que se deja hacer y ofrece sus labios, sin lucha, para que sea expirada el alma. El barquero, recoge una enganchosa amalgama negruzca y la pone dentro de un saco; ilusiones y deseos muertos que nunca llegarán a puerto alguno. La imagen, mi imagen desaparece dentro del interior del espejo, tal como hace el día dentro de la noche y la vida dentro de la muerte. ¿Es esto realmente morir?

1 comentario:

Sandra Sánchez dijo...

Me ha gustado mucho la reflexión posmortem...muy, muy interesante.
Me gustan las palabras que utilizas.
;)