7/2/12

Vida junto a Charles

200 años más tarde del día del que naciste, me hallo escribiendo sobre ti. ¿A qué nunca  te lo hubieras imaginado?
¡Dintel escribiendo sobre mí! No puede ser. Debe haber un error.
Podría empezar hablar de ti, contar toda tu vida, todo lo que has aprendido, has realizado, has creado, sabes que te conozco bien, pero dejaré que otros más ilustrados lo haga. Hoy, mis palabras solo tienen un fin: agradecerte todo lo que has hecho por mí. Tu fiel amistad, incondicional en todos los casos, ha hecho de mí parte de lo que soy. Sin ti no lo hubiera conseguido.
Gracias por haberme entretenido al principio de mi vida lectora, cuando alguien me regaló las Joyas Literarias Juveniles. Ahí estabas tú; ahí te conocí.
Gracias por dejar que juntaran toda tu obra en aquel tomo que ponía: “Obras completas de Charles Dickens”. Del cual, no queriendo criticar, nunca estuvieron completas, ¿te acuerdas que panzón de reír cuando lo fuimos descubriendo? Ahí fue cuando descubrimos que todo lo escrito no es cierto.
Gracias por tener una mente abierta y despierta y permitir que la TVE y en su defecto el UHF, (¿recuerdas los golpes que le dábamos para cambiar de canal? Estábamos casi todo el tiempo tocando la antena de dos astas intentando sacar la nieve de la pantalla), a lo que iba, gracias por permitir pasar cada Navidad alguna adaptación o versión de tu “Cuento de Navidad”.
Gracias por pasarte conmigo noches enteras para intentar hacer una adaptación teatral de “Scrooge”. Quedó genial, gracias a todos esos detalles que se te iban ocurriendo.
Gracias, también, por presentarme a Wilkie. Durante aquel tiempo formamos un buen equipo. De vez en cuando lo sigo viendo y pasamos muy buenos momentos.
Gracias, por todas aquellas tardes en el sofá de casa abrazándote y oyendo en mi mente cada una de tus palabras.
Gracias, sobretodo, porque lo poco que sé de narrar me lo has enseñado tú.
Gracias por presentarme a Oliver, Samuel Pickwick, a Nell Trent, a Barnaby, al señor Scrooge y a Bob  Cratchit, a Martin Chuzzlewit, a Dombey e hijo, a David Copperfield, a Esther Summerson y la Señora Jellyby, a mi estimado Pip, a Dorrit, a Lucía, y al ausente John Harmon.
Me queda camino por andar, esperemos. Solo te pido: no te separes nunca de mi lado.

4 comentarios:

Blau dijo...

Dintel, felicidades a tu amigo. Felicidades a ti por su amistad.
Un besote

Nosu dijo...

al ver el título he pensado en Darwin, aquí cada una barriendo pa su casa jaja. claro que él, cumple 203 el día 12

farala dijo...

si es que eres una victoriana 100%

iTxaro dijo...

vaya compañero de camino más ameno