¡Qué miedo!
He despertado entre sudores y espasmos, soñando que me
habías sustituido. La sábana estaba mojada por el miedo al ver en tus ojos cómo
se tornaba burda mi imagen. Tu deseo naufragado en mi almohada y el mío,
eterno, palpitando con dolor.
Me he levantado como si el calor del lecho quemara y me he
venido a lo frío de otra habitación. Enciendo una vela para ver mis fantasmas
titilando en la pared. No quiero mirarme al espejo, escondida tras esta mecha
ardiendo busco en mi piel el reflejo de lo que realmente soy para ti. Quiero
que se diluya el sueño que tras las pupilas constata que me muero si me dejas,
si abandonas, si te largas, si me niegas tu infinito, si me esquivas la
palabra. Solo quedaran mis vacíos escritos en torpes líneas mal puntuadas.
2 comentarios:
Quien lo haya sentido alguna vez, quien lo haya vivido, se reconocerá. Maldito miedo.
Dintel, un mal sueño, ea ea eaaaa
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