Quizá los árboles se den cuenta, quizá el silencio me lo
oiga gritar, quizá eso sí sea una condena, quizá, algún día, podrá el dolor cicatrizar.
Permíteme hoy hablar,
de las caricias que mueren en las manos y que nunca tu piel
podrán rozar, de los deseos despeñados
en barrancos a fuerza de aplacarlos una vez, y otra, y otra más. Del amor mal
considerado, del tiempo perdido en sollozar, de miradas guardadas con candados
evitando el corazón enseñar. Del tiempo, ladrón, que robó nuestros momentos, sin
tan siquiera preguntar, si por el amor vivido a destiempo valía la pena luchar.
De tu silencio y de mis lamentos, de la ilusión de esperar ese anhelado milagro sabiendo que nunca ocurrirá.
Permíteme hoy hablar, mientras me fumo la vida, en esta mesa
vacía, con velas y bien servida, esperando a que la locura se digne a venir a
cenar.
4 comentarios:
" de las caricias que mueren en las manos.."
Me gusta Dintel, me gusta mucho.
Dicen que "todo lo que no se da, se pierde", ¿qué gran verdad no?...
;)
Sí, Pulga, lo que no se da, se pierde...:)lo comparto.
Sobrecogedor y lleno de todo, Dintel. Casi se palpa el sufrimiento de quedarse hasta el final.
Dintel, espero que tengas planton...jajajaja
Besos
El tiempo siempre tan ladrón. De verdad.
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