29/2/12

Siempre nos queda el espejo

Cuando la vida no es como queremos, que ocurre la mayoría de veces, y nuestras ilusiones, se ven troncadas por opiniones ajenas, solo se puede hacer una cosa: plantarse delante de un espejo y mirarse directamente a los ojos. Ahí podrás comprobar que sigues siendo dueña de tu vida. Tan solo tendrás que contemplar tu imagen y buscarte la sonrisa,  verás cómo sonreirás, no lo dudes. Deja que las rabias y las impotencias se disipen, sabrás, observándote, que estás por encima de todo. Busca la calma en ti misma, que existe, y descubrirás que no pasa nada. Todo es fácil si se comprende, y las armas de la comprensión llevas tiempo afilándolas. No te sientas presionada, si no eres tú la que buscas la presión; sigue con tus tiempos, tus espacios, tus ritmos. No permitas que tu mano tiemble si no es para acariciar lo efímero, o lo muy querido, todo aquello que con el mero tacto se marchitaría. Búscate a ti y te encontrarás, sentada en la cumbre del saber emocional, en la cima de la seguridad, en la cúspide de la tranquilidad, en el máximo apogeo de tu persona. Naciste sabia. Y si miras bien, desde la serenidad, advertirás que no te hallas sola.

Haz caso del famoso dicho dinteliano:

"lágrimas que no hacen crecer, no las dejes correr”.

2 comentarios:

Hei Jei dijo...

me gusta muuuuucho

Nosu dijo...

qué guayyyyyyyyyy!!!!