Empiezo a ser sombra y silencio, niebla extraña, quizá humo,
que busca el rito de un cuerpo en el
deseo. Música que suena de asumir el riesgo iniciando un compás de miradas. Soy
una pieza que has movido al azar, urgente de desvelos y tiempos infinitos a tu
lado. En tu tablero, lucha eterna para que mi cuerpo se aprenda tu nombre. Mírame
desde tu claridad y entiende mi codicia gozosa de ser viable en ese campo de
batalla que es el amor, en cada uno de los escaques de tu vida. Evito mirarte
directamente a los ojos, espejo que me refleja desnuda y sin sombra.
No quiero esperar a tenerte en el infinito, en mi memoria,
pues el anhelo se habrá convertido en muerte, prefiero, mejor, suicidar el
corazón a la intemperie y confesarte mi amor, y darme la vuelta, y marcharme y
consumirme entre sábanas y estas teclas. Y a pesar de que voy a tratar de
olvidarte, se qué mi mente podrá con ello, aunque mi cuerpo, con tu nombre
grabado a fuego, sabrá que nunca te ha tenido y necesite empezar a buscarte de
nuevo.
3 comentarios:
OK.
Corazón que se suicida antes de luchar...? da la batalla por perdida
antes de comenzar!
Literariamente correcto, vitalmente... inaceptable.
Saludos
Simplemente precioso, como siempre!
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