Escribo tu nombre en cualquier pedazo de papel y lo
contemplo. Ipso facto, mis pensamientos atraviesan los barrotes de mi prisión y
vuelan junto a ti, presurosos por estar contigo. Repaso una y otra vez las
líneas que acabo de escribir y respiro hondo para controlar la conmoción
profunda que se desata en mí. Me invade por todos los flancos de mi ser lo
mucho que te amo. Cierro los ojos para retener el momento. Contigo me pasa
esto: me invento historias que nunca han existido, el deseo es tal que siempre
me descubro acariciando las letras de tu nombre. Es la única manera que tengo
de hacerte el amor.
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