31/3/08

Mis inicios como bloguera

Debo narrar para que no quede en el olvido, un hecho que me ha acaecido estos días. Es de todo el mundo sabido que la velocidad de conexión entre dos seres blogueros está muy por debajo de la que se vive en un chat. Después de, decepcionada, haber abandonado mi vida chatera, tras múltiples y repetidos fracasos amorosos, empecé un blog, por aquello de que mis dedos no enfriaran su teclear. Al principio, nadie me leía, cosa que me obligaba a encamarme con tristeza. Pero en cierta medida, era lógico: nadie sabía de mi existencia. Yo, que debo estar agradecida a la Madre Naturaleza por la inteligencia que me concedió en su momento y que poco más se ha podido desarrollar, me puse a pensar y a urdir un plan para darme a conocer en el mundo bloguero. Lo primero que hice, fue darle a una teclita que pone “siguiente blog” y así fui leyendo los de personas que no conocía y, si he de ser sincera, ni me interesaban.

Un día, mi corazón empezó a latir con más fuerza porque encontré un blog que tenía la bandera hexacolor y pensé: “aquí hay pastel” (nunca me ha gustado eso de “bollo”). Y empecé a leer sus post uno tras otro, contestando a todos con grandes espectativas. Mis comentarios eran de lo más estudiado; siempre las palabras precisas para parecer educada, cariñosa, con extrema empatía y con una mente abierta, siempre intentando disimular las ganas que tenía de encontrar a la persona de mi vida (esa que me haría sentir toda la definición de amor que los poetas más renombrados han plasmado, desde siempre, en sus eternos versos), disimular, las noches que excitada con la idea de tener una pasión bloguera, me metía en la cama con las manos bien limpias, disimular, que me conectaba todas las horas libres que tenía para poder entrar en contacto con mi “futura”. Pero nada de nada, ni un comentario suyo en el blog; sólo su silencio almorránico.

Cada día, cuando volvía del trabajo a casa, me releía cada uno de sus post, enamorándome de la sensibilidad que emanaba de sus textos. Tenía claro que, “soiguai” (este era su nick) tenía que ser la luz de mis noches, el aire de mis suspiros, la eterna luna llena. Pronto sus palabras se convirtieron en la única alimentación que necesitaba (siempre he sido muy Bobary) y anhelaba sus besos, esos besos que no tenía ni idea de cómo eran ni a qué sabían, pero que los anhelaba. Cuando comprobaba que no me había comentado nada en mi último post, decaída, me metía en la cama con camiseta de manga corta y me besaba el brazo imaginando que era el suyo. No voy a comentar, porque desluciría mi texto, la irritación cutánea que me provocaba a veces la insistencia salival sobre la citada extremidad.

Ni que decir tengo, que mi vida se llenó de suspiros, fantasías y web cams. En mis oraciones siempre estaba ella; de rodillas en el suelo, con los codos apoyados en la cama suplicaba: “Haz que me comente un post, por favor”. Entonces se me ocurrió la idea de esperar a que colgara el próximo para escribir en mi blog otro que tuviera relación y vincularlo al suyo. Y durante un par de semanas, es lo que hice. Ya he comentado anteriormente que mi inteligencia no se desarrolló más; ¿para qué vinculaba nada si yo no era leída por nadie?

Una compañera de trabajo, la primera que empezó a ver mi desmejoría física (las ojeras y el mal humor llegaron a ser una constante diaria), me comentó que había unos programas que contaban las visitas que tenías en tu página. Esa noche, al llegar a casa, me preparé un par de endivias para cenar y me puse delante del ordenador a investigar sobre esos contadores. Tras pelearme tres veces con la letra eme que no sé por qué se empeñó en atraer las gotas de aceite que resbalaban caprichosas por la hoja exterior de la verdura, logré colocar un contador en mi blog. Previsora como soy y haciendo gala de mi inteligencia que siempre va por delante del problema, me puse al lado del teclado una libretilla que me había regalado un laboratorio para llevar las cuentas; restando del total de entradas en el blog las veces que había entrado yo tendría la información que quería saber. Tampoco funcionó mucho. Dominadora del álgebra como soy, la sustracción siempre daba de resultado cero conduciéndome hacia la desesperación y llegando en más de una ocasión a hacer uso del Teléfono de la Esperanza, que nunca supo de lo que hablaba.

­– ¿Post? ¿Qué has colgado qué? ¿Un cartel? Ah, ya me dices que has colgado un cartel en un poste y no se lo han comentado. ¿Es eso? Sí es un caso poco común pero bla bla bla…

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Dintel que no nos podés dejar así, sin descenlace, al final nunca hubo comentario, lograste dominar el contador de entradas...hubo alguna señal...??

Muy cierto, la Esperanza esa, nunca sabe nada, pero siempre contesta...

Anónimo dijo...

Pero bueno???menudo coitus interruptus,chica!!!tendremos que esperar a nuevas entregas?
Whatever...que la vida de la bloguera solitaria es muy dura.No podemos ser tan sensibles e imaginativas...porque la vida nos depara cada coz,que no veas!!!
Un beso.

marta dijo...

És fàcil identificar-se amb les esperes i les esperances però a mi m´has arribat al cor amb les endivies. Fa mesos que no menjo, em sembla que demà em faré un regalet i en compraré amb una mica de formatge de cabra i anous.
Gràcies pel mort!

la cocina de frabisa dijo...

Sabes que te digo? que eres total, me he reído un rato con tu post. En algún momento me he sentido identificada y en otros has despertado mi curiosidad. Creo que las mujeres somos el único ser vivo de este planeta que somos capaces de hacer las cosas más inverosímiles por sentirnos queridas.

¿Cómo puede ser que alguien como tú, con tu inteligencia, tu sensibilidad y cultura tenga que hacerse visible a los ojos del amor? Deberías de estar estudiando ahora mismo, una larga lista de ofertas amorosas.

Espero ansiosa, el siguiente capítulo, si lo hay.

Un beso

Anónimo dijo...

¿Permites que me ría ahora? Ya sé que en su momento fue duro, pero qué bien que ahora provoque risas, bienintencionadas, claro. Y me río porque me identifico un poco, solo un poco, un poquitín... jejeje.

Brie dijo...

!!Qué cosas!! yo empecé en esto de los blogs porque chateando conocí a un chico y a su blog... y me llegué a aprender su blog de las veces que lo leía y releía :D al final me sirvió para que me cogiera el gusanillo y crear el mío propio... y es que hay que buscar el lado bueno de las cosas, porque si no...

prófuga dijo...

mmm...a veces creo que la imaginación -con un efecto boomeran- cava nuestra propia tumba (sólo a veces, conste en acta).

Izel dijo...

Y, al final, te hiciste famosa, y ella te comentó, y empezásteis una blogorelación sin besos en los brazos pero al final... ays qué intriga jamía...

Jajajaj Me imagino al pobre del teléfono de la esperanza...

Concha Olid & Sonsoles López dijo...

Ay los chat!, mira a donde te han llevado!!. De lo cual muchas nos alegramos, que conste en acta también
Creo que no eres la única o la última que le sucede tal despropósito, porque, al final, tanta persecución de post, no te deja ver el mar de personajes por el que navegamos.
salu2

Miguelo dijo...

y el final???

Irreverens dijo...

Joeeee... si es que nos obsesionamos con unas cosas...

Hay que abrir siempre varios caminos, Dintel. Hay que hacerse siempre con un plan B, un plan C, un plan D...
:P

Bueno, ¿y cómo fue al final?
:)

Hormiga rebelde dijo...

Ddddin...din...dintel, que "soyguay" era yo(broooooma), jajajajaja. Buenisimo el post, me he reido un ratito, gracias wapa!
muas!

marta dijo...

Jo tampoc sé gens de música, només el que m’agrada, però de montar-me películ.les al cap i moltes il.lusions sí que sé.
Ja preguntaré si són belgues, no és tan fácil aquí.
Espero la pròxima recepta.

eFi dijo...

Me has hecho reir, mujer. Si bien mi caso no es igual, me has hecho reir y mucho.

Eso si, anda, cuentanos como terminó todo ¿eh?

Besos del Sur.

Tawaki dijo...

En el teléfono de la esperanza esa deben tener ya un buen listado de blogs.

Un abrazo.

isobel dijo...

jajjaja, en algún momento me vi reflejada, besitos

dijo...

Mi pasión por el Blog, nació por lo mismo... necesidad de ser leída o escuchada de alguna manera... también tengo un blog que no puedo dejar de leer, y del que espero comentarios ansiosa, y me causa gracia ahora que te leo!!!
Que loco este mundo bloguero, bla bla bla

Boomings dijo...

...
Venga... cuenta el final mujer!!!
Besos ;-)

Blasfuemia dijo...

jajaja, un poco surrealista (no, quiero decir.. exagerado), pero refleja esa inquietud de los inicios blogueros, cuando esperas que alguien comente en tu blog, o comente un comentario tuyo. Vamos, que reconozcan tu existencia..

Marcela dijo...

Tiene razón irreverens, nunca se debe contestar un solo blog, que luego te obsesionas, jajajajaaa. A mí me metió en todo esto marmarita y, al principio, sólo me contestaba ella, en vez de decírmelo en persona, qué esquizofrenia.

Blau dijo...

A mí no me paso eso, jooo, debo ser una blogera rara :o(

Geminis dijo...

Menos mal que el nick era "soiguay" si llega a ser "soiarisca" ya ni quiero pensar como hubiese acabado su estado mental y físico, con algún que otro arañazo causado por sus propias uñas!!!

Besos.

Joven Eriza dijo...

Jajaja, anda que... para vernos a todas por un agujerito... ;)
Besico!

dijo...

DINTEL:
el premio es para vos también...
porfi... traelo, es tuyoooooooo!!! no podía nombrar a toooodooooss!!
Y con respecto a la luz, si, es de sombras... y pronunciadas...
mil besos

Fini Calviño dijo...

Y mírate ahora, con el mío 25 comentarios ;-)

Sandra Sánchez dijo...

JAJAJAJA...

;)

Raquel dijo...

¿Y...?
Por fa, la continuación...

Alfonso Saborido dijo...

Mejor que un contador, pónte un estadístico como sitemeter; te sorprenderás de la gente que te lee, de donde vienen, como llegan a ti, como se quedan, como les enganchas.. a saber cúantas esperan a que tú digas ¡ya! para poder comentar. ..
Por cierto, yo tenía una amiga Esperanza que se quejaba de que todo el mundo decía que tenía su teléfono pero no le llamaba nadie. Habrá varias esperanzas por ahí... felicidades por el blog. :)

Mármara dijo...

Es más lento el camino del blog que el del chat, pero, a fe mía, muchísimo más gratificante y consistente, a la larga.
Y mucho, muchísimo más divertido.

libra dijo...

Yo también quiero saber el final :)

En esto del blog también acabo de empezar y me queda mucho que perfeccionar, y cuando veo los blgs estupendos que hay por aquí grrrrrr, jajja, el otro día intentaba poner en el mío un reloj digital, y mira que me he peleao pero nada...otro momento que esté más inspirada...y luego no sé que pasa que fotos que pongo en ocasiones no se ven. Jo,pero al final eso es lo de menos, lo que me importa es poder expresar lo que en un momento determinado siento, aunque mis palabras no tengan la misma facilidad, así que por este universo de las emociones seguiré, porque es muy gratificante, no sólo escribir, sino leer...Besitos. Ah mi chico con el que llevo 6 años conviviendo lo conocí por estos mundos, no de blgs, pero sí virtuales...que por aquel entoces no me parecían virtual, en la época en que nos escribiamos para conocernos me parecían reales..y ya me despido que hace un buen rato que envié el besito y me sigo enrollando :)