5/4/08

Calma tras la tormenta

¿Cómo reponer lo que la tormenta destrozó en mí?

Ahora que la calma se ha hecho con mi ser, me encuentro con algunas ramas arrojadas en medio del alma que impiden la circulación vital de mi energía. Límpidos charcos de recuerdos esperan ser evaporados por el nuevo Sol. A pesar del olor a limpio y el brillo especial del paisaje recién lavado, no puedo avanzar por mi interior, todo está en desorden: ramajes esparcidos, hojas desordenadas, en definitiva, destemplanzas que frenan mis pisadas. Mi corazón, flexible a los vientos, ha sobrevivido a la tempestad y saluda como un malabarista feliz de haber acabado una buena actuación.

Voy a tener que agarrar la pala y recoger el follaje esparcido por mi jardín. Junto a la puerta de madera, se intenta secar a fuerza de latidos un enrollado tebeo de mi infancia; todas mis vivencias esparcidas por un mismo temporal. Late también lo subyacente e intenta remover con la punta de una rama recién caída por este casi huracán, que es el abandono, las copas de los árboles, ahora puestas, al pie de mis desilusiones.

Contemplé la tormenta desde fuera, maldiciendo la ausencia de la estúpida luna blanca. Esperando su regreso, creyendo que ella tendría el hechizo para recomponer este caos. Pero no ha aparecido. Nunca está cuando la buscas. Estoy sola. Sola. ¿Podrá mi mente proponer nuevos caminos entre tanta astilla?

Cojo una rama larga y la arrastro con dificultad hacia un lado de mi ser. Manos a la obra, necesito sentirme de nuevo completa y ordenada.

17 comentarios:

Sandra Sánchez dijo...

Me ha encantado Dintel. Me has hecho llegar todo ese arrase con mucha fuerza y muchísima delicadeza a la vez.Muy bueno.
Saludinos.

Fini Calviño dijo...

Y sin duda, lo conseguirás. Besos

Blasfuemia dijo...

Presiento un jardín como un vergel, un huerto, un oasis, un edén...

Agatha Blue* dijo...

... Que maravilloso paseo de letras...

Realmente podrás caminar entre astillas, no lo dudes... eres fuerte.

Vuelvo poco a poco...

Agatha Blue*

ConchaOlid dijo...

Hay un jardinero dentro de cada uno que resuelve eficazmente estos estados de desastre. Tormentas y lunas se suceden...es ley de vida.
PD: Yo también tontoneo todo el año...así me va.

eFi dijo...

Descripción sublime!

Desorden interior implica tomar una bocanada de aire, mirar al frente y empezar a ordenar, de a poco, sin prisas.

¿Fácil?, no para nada, solo necesario para que podamos construirnos nuevamente, sin astillas, sin hojas sueltas.

Ah, y nunca estarás sola...

Besos del Sur, con calidez otoñal.

dijo...

Así será amiga... luego de la tormenta quedan cosas por limpiar... cosas por acomodar...pero sale el sol.
Besos

Fini Calviño dijo...

Cuando puedas pásate por mi blog que te he nominado con un premio :-D

Anónimo dijo...

si de verdad estuvieras sola yo no estaría aquí escribiéndote

amor

María dijo...

Muchas gracias por tu visita a mi blog y tus palabras, tienes un blog muy bonito, pasaré otro día por aquí mas despacio.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Mientras lográs vislumbrar esos nuevos caminos que aparecerán (o no), que buen uso le das a las astillas, contruyendo puentes entre tus palabras y quienes nos pasamos por tu espacio...

Trini Reina dijo...

A veces perdemos el tiempo aguardando que luzca la luna y mientras no vemos el fulgor de esa estrella que ansía alumbrarnos...

Un abrazo

Marigel dijo...

Hola.
He saltadoa tu bog como una rana,de astilla en rama, huyendo de mi tormenta.
Comunicas tu dolor y tu decisión de barrerlo.Me ha gustado cómo lo dices. Quizá yo te pida prestado el escobón para los deshechos de mi patio interior.
Un beso, porque un saludo me parece poco, aunqueno te conozco.

Raquel dijo...

Es bueno limpiar, retirar rastrojos y hojas secas, ramas partidas, temporadas de desasosiego. La fuerza de la vida sigue ahí. El empuje vital no termina. Creo. Así siento tu post.

prófuga dijo...

venga, que no sólo sea primavera en El Corte Inglés...

libra dijo...

La lluvia, el frio, la tormenta también está en nuestras vidas...pero en ella también sale el sol.

Irreverens dijo...

Ya sabes: tras la tormenta siempre llega la calma.
:)