Atardecer. La luz, hábil en el disfraz y el engaño, empieza a retirarse alargando las sombras de mi vida. El día ha vuelto a ser una mentira que se autodestruye al proferirse. En mi mirada, una súplica: libradme de mis temores.
Con la noche, el miedo, hijo unigénito de mi relación con la existencia, regresa. Entre sombras, espera mi laudatorio exordio. Él no lo sabe, pero es dueño absoluto de mi destino. Desaparecerá con el crepúsculo sin exabrupto alguno, irreverente, dejándome en paródicos aspectos.
Con el amanecer, la calma. De la noche, sólo queda la acritud que el miedo ha dejado en mi boca. Los primeros rayos de luz aportan la pesadumbre que, como bota de plomo, impedirá de nuevo que corra por la vida.
7 comentarios:
La Noche, También tiene su lado dulce, sin miedos.
Piensa un poco, estoy segura que has tenido alguna vez una noche llena de luz.
Un beso.
Dintel me gusta el texto pero prefiero los que escribes con lenguaje más sencillo...he tenido que utilizar el diccionario en dos ocasiones en tan pocas líneas y leerlo varias veces...en fin será culpa de vocabulario limitado, pero bueno yo te transmito mi opinión sincera igual que cuando me encantan.
Saludos!
Las noches son lo que tienen mi amor... que la oscuridad a veces ahoga el alma...
Besicos
El miedo es controlable, hay quien necesita una luz para espantarlo. Elige: vela o linterna.
Me confieso nocturna totallll .... y esquivadora de miedos .
Me ha sorprendido gratamente tu vena cómica más abajo .
Me he quedado entre comas, junto a ese maravilloso "irreverente"...
:P
La noche no tiene nada que ver con nuestros temores. Si acaso el silencio que la acompaña, que permite que oigamos nuestra cabecita con demasiada nitidez.
Besos
Ya lo decia Video en su tema del año ¿82?: "La noche no es para mi".
De todas formas la noche siempre tiene algo de bueno. Que termina tarde o temprano y comienza de nuevo el día
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