Estirada en la cama, con una botella de litro y medio de agua Font Vella, con El País que muy matutinamente he ido a buscar (
la cenutria de dintel se pasó el sábado diciendo que cambiaban la hora pero, al final, ella se olvidó de cambiarla), me dedico a leer el
suplemento de belleza que acompaña al periódico. Normalmente se queda sin abrir porque no es un tema que me interese demasiado y suelo dejarlo para el final por si tengo tiempo, cosa que no suele ocurrir. La soledad de este domingo hace que sea lo primero que lea.
¡Qué depresión! No sé cómo puedo ir por la vida sin haberme operado como Marilyn. Será por eso que no me siento “
arreglada”, como ella, simplemente con
un pañuelo en la cabeza, unas gafas oscuras y los labios rojo…, esperad que busco el adjetivo…, eso,
rojo flamígeo. Más bien, si yo me pongo eso me siento como una mona de Pascua.
Paso página y me encuentro que no tengo “
la piel de luna”,
tomaya, que mis melaninas y mis hemoglobinas, pigmentos estos deloscojones, han decidido mancharme la piel y, claro, sin un camuflaje antimanchas poco puedo hacer.
Y lerda que es una, para seguir en la línea, tampoco he adquirido el “
Phyto Lip Shine” (eso de phyto me suena a cuando estudiaba botánica), por lo que no tengo “
más color que mi gloss” (
niputaidea, no preguntéis), ni tengo
la sonrisa resplandeciente, ni los labios hidratados, con volumen, pringosos (
cual la miel),
ni suaves, ni protegidos. ¡
Vayapordiós, qué perraca llego a ser!
Páginas más adelante me encuentro que hay una crema que “
recupera la piel de tus recuerdos”. ¡Toma ya” Mi piel melanínicamente manchada también es alzhémica. Y tal la maravillosa crema que es “
rectificadora sin cirugía”. He de confesar que aquí he tenido que detener mi lectura para controlar mi respiración y evitar que la taquicardia fuese a más. Sepáis, luego no me echéis en cara que no informo, que esta super cream “
consigue rectificar aquello que nunca se ha alcanzado en quirófano”. ¿La inteligencia?, pregunto.
Entonces, como parece ser que sobran páginas y se tienen que rellenar, en una de ellas te recomiendan un buen baño, no más. Eso sí, con el título de
“Terapia en la bañera: Manual de uso. ¿Cómo se prepara un baño relajante?” (
y nada tiene que ver con masturbarse). Y en dicho manual, no hay más que un listado de diferentes productos con sus pertinentes marcas: exfoliante de Pichimonty, gel de Troplides a la esencia jamonosa, esponja natural de I ves Ras Kdo, jabones naturales, aceites, sales antiestrés (lógicas, con lo que estresa preparar un baño con todo esto sin olvidarte nada). Total, como preparar el caldo de Navidad.
Y llego a la página, y con ella acabaré, en donde quedan claros los niveles. El artículo (por llamarlo de algún modo) se titula:
“Diez verdades y mentiras de la belleza” ¡Carambola! Copio textualmente:
Ser atractivo es una cuestión de centímetros y kilos. Falso.
Los retoques estéticos causan adicción. Verdadero.
Los tacones de diez cm son una moda inocente. Falso.
La crema perfecta es la más cara. Falso.
En fin, ¿qué sueldo debe cobrar una mujer (los hombres están empezando) para poder seguir los consejos de dicha revista? Entonces es cuando las mileuristas salimos a la calle con la famosa pancarta de “la arruga es bella y mi fealdad, también”, entonando el grito de “No me llames Marilyn, llámame Concha” (
Guiño cariñoso a mi admirado Forges).
Nota Post Post:No podía dejar de comentar la página 18, donde afirman la máxima: "
El pelo corto es a la mujer lo que el largo al hombre: un acto contestatario”. Las doble página nos muestra siete fotos primer plano de unas bellezas, no despampanantes, pero yalasquerríayo, con unos ojos… unas naricillas… unos mentoncillos, que para qué mentarlos ,y, ya os lo podéis suponer, les queda el pelo corto
chachipirulibalanbanbú. ¡Ay! Si esos cortes de pelo se los hiciera una chica de a pie, otro gallo cantaría y la llamarían bollera. En fin, callo ya, paso de meterme con la biocosmética o la cosmética verde… que me da que pensar… ¿Habrá cosmética para blogueras?