4/1/18

Mis conversaciones y mis ex

De un tiempo a esta parte, lo poco que salgo, lo hago con mis exs. A pesar de querérmelas con locura, son los momentos más surrealistas que estoy viviendo. Se sientan delante de mí, o a  mí lado y se preocupan por mi estado de soledad, de encierro; me dan consejos para volver a conocer a gente, a alguien, bien sea trabajándome la armonía interna, bien sea intentando algún tipo de activismo lésbico, bien sea como sea.

Sonrío y les afirmo que eso es lo que voy a hacer y vuelvo a casa con el corazón contento por haberlas amado y triste por no tener a quien amar. Por la noche, doy vueltas y vueltas y más vueltas a estas conversaciones. Me encorajo y me prometo que de mañana no pasa, que voy a seguir los consejos de mis exs. Me hago grande en mi cama y todo, sin los pies en el suelo, me parece factible, fácil de conseguir. Me remuevo, giro para un lado, giro para el otro, cubierta de adrenalina y con el cerebro acelerado; decisión: de mañana no pasa.

Al día siguiente, me levanto sin hacer ruido y camino de puntillas, no quiero despertar a mi Ego. Nada ha cambiado, mi decisión se quedó entre la noche y las sábanas. El pasillo hasta el lavabo me parece largo, imaginad cómo me parece la vida.

Pero por la noche, decidida, me lanzo a bares de ambiente (la esperanza, de trabajo silencioso, se ha ocupado de sacar a la decisión de la cama). Tras años de no pisarlos, nada ha cambiado, gente tomando copas, música más fuerte de lo que me gustaría, grupos cerrados de amistades, eterna barra de bar.

Pero yo sí que he cambiado. Ya viví múltiples noches de juerga. Ahora prefiero cenas, excursiones y conversaciones, museos, libros y paseos.

¿Dónde se encuentran las mujeres cómo yo? No creo que sea la única en esta misma situación.

Vuelvo sola a casa, como de costumbre y sigo sin poder dormir. No le veo salida a mi soledad, me hundo entre las sábanas y acepto mi realidad como si de un castigo se tratase. Mi cabeza intenta dormir mientras que mi corazón con un leve susurro, sigue preguntándose: ¿dónde se encuentran las mujeres como yo? 

7 comentarios:

hiro dijo...

"¿Dónde están las mujeres como yo?", eso mismo se preguntaba una amiga mía soltera el otro día mientras cenábamos.
Con lo que me costó a mí encontrar a Id...! Cuando ya no tenía esperanzas de conocer a nadie apareció gracias a los blogs.
Ahora se lleva más el rollo Tinder, pero no sé si me las sabría arreglar en el mundo de las apps de ligue...

Ya verás como cuando menos te lo esperes aparecerá una mujer interesante ;)

dintel dijo...

Pero para que aparezca alguien, debo cambiar mi realidad y no sé cómo hacerlo.

Anónimo dijo...

completamente de acuerdo en que el amor no se puede servir a la carta, pero cuando nos sentimos abiertas a una nueva relación sí podemos propiciar la ocasión de conocer a alguien especial activando nuestra vida social. Bares, aplicaciones de citas, asociaciones.. todo vale. Eso sí, paciencia y buen humor. alonit

Nosu dijo...

Yo creo que deberíamos montar alguna asociación o algo para que se reúnan "las muejres como yo" alejadas de bares y apps de ligue.
Aparecer en el momento más inesperado quizá aparece, lo que pasa es que no tenemos paciencia. Tener que esperar años es un churro

dintel dijo...

Hiro, me he puesto en modo "cuanto menos me lo espero", a ver si tienes razón.
Felicidades por tu encuentro. Lo mio entra dentro de los hallazgos arqueológicos, creo.

dintel dijo...

alonit, paciencia y buen humor, paciencia y buen humor, paciencia y mecagoentó... (ya se me atrastó el mantra).

dintel dijo...

Nosu, te sigo, monta asociación, que lo mismo somos dos... (¡¿dos?!)
Paciencia, estoy de acuerdo, pero como no me mueva un poco no creo que aparezca por mi comedor, porque si lo hiciera, creo que no me convendría... (¡y qué susto!)