“Nuestra tarea no acaba cuando morimos si no cuando somos
olvidados por la última persona que nos recuerde”.
Esta es una frase que copié hace mucho tiempo en una de mis
libretas. No recuerdo de dónde la saqué, el caso es que me gustó y me agencié
de ella. Como siempre, el paso del tiempo borró su recuerdo, pero como estos
días ando cacharreando en libretas antiguas, he vuelto a dar con ella.
Coco, una película de dibujos animados que estrenaron antes
de Navidad, hace uso de la frase. No pienso spoilear la película por lo que no
voy a mencionar nada de ella. Idla a ver y ya me decís.
Volviendo a la frase, pienso cuánto tiempo pasará desde que
muera hasta que me hayan olvidado todos. Mi cabeza me dice que debo hacer algo
para ser recordada y así continuar mi tarea; pero mi alma intelectiva sabe que
ese tiempo será corto. A veces entro en un bucle mental con el tema muerte,
sobre todo de noche. Despejo los sueños y alargo las sombras y me aparece un
enorme apego a la vida y de mi alma salen
mil brazos con sus mil manos buscando donde aferrarse. Tomo la resolución de
pisar fuerte por la vida y no ser un eco de ella. Dentro del bucle, el
vestíbulo de la trascendencia se vuelve más luminoso. Sus paredes, decoradas
con cenefas de tópicos me invitan a reinventar una nueva conciencia. Y mientras
me dedico a ello, llegan la pasión y la calma unidas. Me hallo en plena maratón
existencial. Quiero salir airosa del bucle. Al entrar en la curva de la
oscuridad, aminoro los sentimientos. Dejó de golpe de balancearme en la
indeterminación y me lanzo resolutiva a salir de esa casualidad indeseada que
es perderse una en sus propios pensamientos, siembra sin recolecta alguna.
Pues eso, a lo que iba: ¡id a ver Coco!
12 comentarios:
Ha sido leer la frase y, como un rayo, la película me ha retumbado en la cabeza. Gran recomendación.
Te guardo en mi cajón de calcetines favoritos :)
Cris
No será la primera vez que esté en un cajón de calcetines. Hace muchos años, también lo estuve.
Yo también he pensado lo de hasta cuando seré recordada, sobretodo desde que decidí n otener descendencia. El tiempo se acorta imagino entonces.
Me apunto la peli
Desde que me vine y dejé mi lugar natal pienso que allá me conocía mucha gente y aquí apenas nadie, quitando mi familia política. Si la palmo, no creo que, excepto los más allegados, se enteren de mi extinción. Las cosas, como son. Y, como mi contribución al beneficio de la humanidad es más que discreto, empleando un eufemismo, tampoco me preocupa si mi memoria se extingue a los cinco minutos de mi consunción. Para lo que me voy a enterar del tema...Perdonad si me ha quedado un poco bastante negro.
Yo prefiero que me recuerden en vida que no ya muerta que ni me voy a enterar
Nosu, ¿ya has tomado la decisión de no tener descendencia? ¿No vas a dejar fluir?
Juli Gan, negro pero sincero. A mí me costaría mucho abandonar mi lugar. Claro que por amor se cambian esquemas que pensabas rígidos e incambiables.
Nabila, eso seguro. Yo también. Pero a veces voy un poco "más allá".
por mi parte, no le veo ninguna ventaja objetiva al hecho de trascender en la memoria humana. Sic transit gloria mundi. Cambiaría toda la gloria mundana por el más leve atisbo sobre el sentido de la muerte. O quizá no tiene nada ningún sentido, y cuando antes lo acepte, mejor. alonit
alonit, mejor plantearse el sentido de la muerte que el sentido de la vida, o no.
dintel, para mí la vida es el bien absoluto, todas las vidas tienen un valor inconmensurable, independientemente de cualquier consideración intelectual o emocional. alonit
dintel, de momento no voy a dejar fluir, tendrían que cambiar demasiado las cosas. Tengo demasiado apego a mi autonomía para que me la quite una personita.
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